Adiós para siempre a Saab (hola, NEVS). Los coches nuevos no podrán utilizar la histórica marca sueca
El culebrón Saab nos tuvo muy entretenidos entre 2011 y 2014, más o menos. La firma sueca quebró, buscó nuevo dueño, acabó en unas misteriosas manos que finalmente resultaron ser chinas, se reconvirtió en NEVS pero mantuvo el nombre de Saab, aunque no el grifo que presidía el emblema original.
Aquí nos habíamos quedado, en trazos generales, celebrando la vuelta al trabajo en Trollhättan y viendo el primer vehículo que abandonaba la línea. Y hoy la National Electric Vehicle Sweden ha confirmado que los coches que salgan de su factoría lo harán bajo la marca NEVS. Adiós a Saab como marca, por tanto.
Una adquisición repleta de altibajos
Desde el principio se vio que el cambio de manos de Saab distaba mucho de ser una operación a lo Jaguar Land Rover, a lo Volvo o a lo Aston Martin. Mucho más accidentada que aquellas, y con un futuro bastante más incierto que el que se podía intuir al acabar en manos de grupos consolidados como Tata Motors o Geely, o en manos de inversores como Investindustrial.
Una serie de idas y venidas aderezadas con rumores de todo corte, añadidas a la disputa por los derechos de utilización de las marcas y los logotipos originales, están en el origen de la decisión que se ha anunciado hoy. Cuando en 2011 quebró Saab, esos derechos quedaron divididos entre los acreedores de Saab y Scania. Pronto se supo que Scania no cedería el emblema del grifo, aunque NEVS siempre pudo explotar los derechos sobre el nombre Saab.
En 2014, sin embargo, eso cambió. Los problemas de liquidez que atravesó la nueva empresa motivaron que NEVS se quedara sin la posibilidad de utilizar la histórica marca sueca. A pesar de todos los avatares, la firma ha asegurado que continuarán con sus planes de sacar adelante su ya conocido coche eléctrico basado en el Saab 9-3.
Según esos planes, la producción de este modelo arrancaría en cuestión de un año, para llegar al mercado en 2018. Su principal destino comercial sería, de forma no sorprendente, China. Allí donde la presión por obtener eléctricos de calidad puede constituir un buen revulsivo para NEVS. Además, la nueva firma destaca algo que ya sabíamos: fabricará en China también.
De hecho, la idea es que las primeras unidades se sirvan a China desde la sede de Trollhättan, pero más adelante, la factoría asiática a pleno rendimiento deberá abastecer a su propio mercado, mientras que la base sueca suministrará vehículos al resto de los mercados, principalmente en Europa.
El heredero eléctrico del 9-3 no estará solo. NEVS habla de cuatro modelos basados en la plataforma Poenix que Saab estaba desarrollando antes de quebrar. La composición de gama nos va a sonar relativamente familiar: tres SUV y una berlina deportiva fastback. Donde van, triunfan.
NEVS respetará la herencia de Saab
El presidente de NEVS, Mattias Bergman, ha querido escenificar este movimiento del fabricante con un comunicado titulado Un nuevo capítulo. En él, Bergman se compromete a mantener los estándares de calidad de la ya desaparecida Saab:
"Sobre la base de nuestra herencia de fabricación de automóviles, vamos a seguir poniendo el foco en soluciones de calidad y artesanía, centradas en las personas, pero vamos a añadir una nueva dimensión a nuestro negocio a través de nuestras alianzas y colaboraciones. Al hacerlo, vamos a dejar la marca Saab y salir con una nueva identidad que apoyará nuestra visión grande y cada vez más importante, para dar forma a la movilidad de cara a un futuro más sostenible.
En cuanto a la base de su herencia de fabricación de automóviles, cabe recordar que la Historia de Saab se remonta a 1937, cuando la Svenska Aeroplan AB comenzó su andadura en Trollhättan como una fusión de la Svenska Aero AB (SAAB) y VASJA. Y sí, empezaron haciendo aviones. No sería hasta 1949 que se comenzaría a fabricar el primer modelo de producción, el Saab 92, basado en el prototipo Ursaab, presentado tres años antes. Algunas piezas históricas de Saab salieron a subasta en 2012, a causa de los problemas financieros de la empresa.
Los años 60 sirvieron para que Saab consolidara la plataforma del modelo 92, hasta lograr, con el Saab 96, un gran hito: comenzar a exportar. En la década de los 70, y bajo la alianza entre Saab y Scania, la gama 99 permitió a Saab crecer y aliarse con Fiat. Ya en los 90, la Saab Automobile AB, en manos de General Motors e Investor AB, cambió su línea hacia la familia de modelos que conformaron la gama que más nos puede sonar.
Y del año 2000 en adelante, ya en manos de General Motors primero, y de Spyker justo antes de ir a la quiebra, los modelos crecieron en todos los sentidos hacia un catálogo actual, repleto de detalles de alta calidad. Esa es la herencia que deberá recuperar ahora NEVS.
Para conseguirlo, contará con múltiples alianzas y colaboraciones. Por ejemplo, están los acuerdos con firmas de Turquía, China y Japón, que prestarán sus componentes y tecnologías para que la nueva línea de producto eléctrico se convierta en una realidad asimilable en calidad a la que durante seis décadas cautivó a los acólitos de la firma sueca original.
Si hay algo que nos ha enseñado el ya dilatado proceso de reinvención de Saab, es que en esta historia los movimientos se suceden de una forma que no siempre parece haber sido coreografiada en detalle. Por eso, valdrá la pena permanecer atentos a lo que pueda suceder en el futuro. Por el momento, lo que sí parece claro es que Saab, como marca, ha desaparecido del mapa. Descanse en paz.