En 2040 se fabricarán más coches eléctricos que de combustión, según un estudio de KPMG

La expansión del coche eléctrico es lenta, pero debería ser segura. Poco a poco la sociedad va confiando en las mecánicas eléctricas para sustituir al uso del coche de combustión a diario, los gobiernos van adaptando sus normativas y las infraestructuras se van ampliando para dar servicio a los vehículos de cero emisiones.

En vista de las posibilidades más o menos realistas de los coches eléctricos y/o electrificados y su cada vez mayor peso en el mercado, KPMG ha elaborado un informe en el que aseguran entre otras cosas que la producción de coches de combustión y electrificados se va a igualar para el año 2040.

No sólo va a cambiar la industria, también el comportamiento de los clientes y la distribución

El estudio 'Global Automotive Executive Survey' es elaborado anualmente por la consultora KPMG y su objetivo es establecer una visión más o menos clara de la visión de la industria automotriz, recogiendo la opinión de cientos de personalidades clave en el sector y elaborando una macroencuesta con la que determinar hacia dónde nos movemos.

Para esta edición 2019 han participado responsables de marcas, proveedores de piezas, proveedores de servicios de movilidad, distribuidores, autoridades gubernamentales, financieras relacionadas con la automoción o algunos especialistas en infraestructuras entre otros. A través de sus opiniones KPMG ha intentado detectar las tendencias dominantes.

Los resultados de este 2019 colocan a la conectividad y la digitalización de los coches como el interés dominante, un factor que se sitúa por delante de los coches eléctricos, de los coches de pila de hidrógeno y de la movilidad híbrida. Los conductores cada vez ven más importante en el proceso de compra que los coches cuenten con un fuerte nivel de digitalización y compatibilidad con los servicios bajo demanda, así que este apartado se ha vuelto primordial para las marcas para conseguir una nueva vía de diferenciación con respecto a la competencia.

Otro factor a tener en cuenta en el estudio apunta a la confirmación de que la zona occidental de Europa cada vez está quedándose con un menor peso en los procesos de producción de automóviles. Alemania, Francia, Italia y España intentan resistir con el estandarte de la manufactura pero de un 15% de la producción global se estima que caiga a menos de un 5% en 2030 en favor de India, China y Norteamérica.

Precisamente hay países hacia los se está transfiriendo la carga de la producción, sino también se está determinando el tipo de coche en función de sus recursos propios. Así, China se está postulando como el mayor mercado de coches eléctricos gracias a se la segunda potencia mundial en producción de cobalto, sólo superada por Congo, donde los chinos están tratando de hacerse con el control de las minas.

En el otro lado de la balanza, países ligados fuertemente a la producción de petróleo no sólo serán reacios a buscar el cambio de modelo hacia formas de movilidad alternativa, sino que además tenderán a retener los cambios en las tendencias de comportamiento de los clientes a través de políticas más conservadoras, favoreciendo el consumo de sus propias materias primas.

Pero el cambio es imparable, la transición hacia los sistemas de propulsión alternativa con coches híbridos o eléctricos es una senda irrenunciable. Los expertos auguran que para 2040 se equipare la producción de los diferentes tipos de motorizaciones con una previsión del 30% de coches eléctricos, 23% de coches de combustión, 25% de híbridos y un optimista 23% de coches de hidrógeno.

En el mismo sentido, se pone de manifiesto que los coches eléctricos cuentan con tres barreras de entrada principales: precio de adquisición elevado que no los hace accesibles para todo el púbico, la disponibilidad de puntos de recarga y, en menor medida, la autonomía. Es cierto que las autonomías de los coches eléctricos aún deben mejorar, pero también hay que tener en cuenta que de media los conductores realizan diariamente medias de 100 km o menos en sus recorridos.

Ahondando en las relaciones entre la propia industria y entre los consumidores, el estudio también pone sobre la mesa un cambio en el modelo de comercialización. Las ventas online irán cobrando cada vez más peso y el estudio afirma que entre un 30% y un 50% de los concesionarios serán clausurados en 2025, dejando a aquellos que sobrevivan con modelos de negocio que deberían ser revisados.

No hay duda de que durante las próximas décadas el panorama de la automoción va a cambiar. Las marcas se están esforzando por integrarse en grupos cada vez más grandes para soportar los rigores del mercado, los consumidores verán su modelo de movilidad tradicional modificado y, entre medias, los distribuidores deberán adaptarse a los tiempos.

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