Hasta 2.000 euros más por coche. Lo que vamos a pagar de más si no se cambia la Euro 7

El CEO del Grupo Renault y presidente de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), Luca de Meo, ha pedido a la Unión Europea que se replantee la normativa Euro 7 que empezaría a aplicarse a los vehículos nuevos a partir del 1 de julio de 2025 y que, aunque será más light de lo esperado, “no solo tendrá consecuencias para las marcas”.

De Meo insiste en que tener que cumplir con esta normativa afectará directamente a los compradores, pues “traerá significativos aumentos de costes”, lo que a su vez, deriva en la ralentización del proceso de electrificación del parque móvil en Europa, donde la edad media de los vehículos supera ya los 11 años.

El CEO de Renault apuesta por seguir el ejemplo de EEUU y China

Además de la carta abierta a las instituciones europeas en la que De Meo pide una política industrial europea “más estructurada y ambiciosa” que favorezca que el sector del automóvil gane fuerza frente a sus competidores (sobre todo EEUU y China), el actual presidente de la ACEA ha alertado recientemente en una rueda de prensa de que la propuesta de la Norma Euro 7 se traducirá “en un nuevo aumento de precio en los coches nuevos”.

Según De Meo, la reciente propuesta Euro 7 “obligaría a los fabricantes de vehículos ligeros y pesados a invertir miles de millones de euros en tecnología de motores y postratamiento de gases de escape”, a cambio de unas ganancias medioambientales mínimas.

En su lugar, el CEO apuesta por priorizar la inversión en una industria más fuerte, en el desarrollo de coches eléctricos más avanzados y combustibles menos contaminantes que ayuden a reducir de forma más efectiva las emisiones contaminantes de todos los gases de efecto invernadero y no solo de CO₂.

Y es que según sus datos, “cada coche nuevo podría costar una media de 1.000 euros más a los fabricantes” con la nueva normativa, lo que se traduce en un aumento del precio final de prácticamente el doble de cara al comprador.

Así, según su ejemplo, cada coche nuevo pasaría a costar 2.000 euros más de media tras la entrada en vigor de la Euro 7, por si los precios no habían subido ya lo suficiente en los últimos años.

De Meo advierte también de que la propuesta Euro 7 “nos expondría a repercusiones industriales perjudiciales, económicas, políticas y sociales”. Pues señala que “podría provocar el cierre de al menos cuatro fábricas en un corto plazo de tiempo para un fabricante de automóviles como Renault”.

Además de poner sobre la mesa la necesidad de modificar la norma Euro 7 antes de que sea aprobada para que no acabe afectando a la industria y a la transición hacia el vehículo eléctrico, De Meo ha señalado el problema añadido que supone en este sentido la falta de baterías para coches eléctricos de fabricación propia.

“En 2030, se estima que solo el 5 % de los materiales necesarios para fabricar baterías se obtendrán en Europa y el 80 % del coste de estas son las materias primas”, señalaba. Así, los costes de las baterías, que se controlan fuera de Europa (principalmente en China), seguirán siendo altos, lo que también impedirá que bajen los precios de los coches.

En este sentido, De Meo no se olvida de que los compradores no van a tener a su disposición  la ayuda de los planes de incentivos a la compra, que “ya se están reduciendo en toda Europa por razones presupuestarias obvias”. Por el momento, apenas el 1,5 % de los 250 millones de coches que circulan por las carreteras europeas son totalmente eléctricos. Pero esta proporción debería rondar ya el 25 % de cara a 2030.

Sin ayudas a la compra convincentes para el consumidor, sin una industria propia potente que permita a los fabricantes bajar los precios (sin ver afectados sus márgenes de beneficio) y sin más presencia en la cadena de suministro para coches eléctricos, por no hablar de la infraestructura de recarga pública aún escasa... De Meo pinta muy negro el futuro de la penetración del coche eléctrico en el mercado respecto a los plazos que marca la normativa europea.

El máximo responsable de ACEA y Renault, quien aseguró que los fabricantes están comprometidos con la transición al eléctrico, aseguró que “Europa está en un punto de inflexión”, pero que la transición al eléctrico no puede ser solo responsabilidad de los fabricantes, un sector que genera en Europa hasta 13 millones de empleos.

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