París le ha declarado la guerra a los SUV: quiere echarlos de la ciudad y va muy en serio. Los parisinos decidirán el próximo 4 de febrero en un referéndum si se aplican tarifas más caras para aparcar un todocamino en la ciudad.
En realidad es un precio específico para los coches más pesados, pero a efectos SUV y todoterrenos. Y se propone que sea el triple de la actual: nada menos que de hasta 225 euros. Aunque esta batalla a los coches más grandes es un poco tibia a golpe de excepciones: no afectará a residentes, trabajadores...
Da igual que sean eléctricos o gasolina: París quiere más espacio para aparcar
"La votación del 4 de febrero de 2024 es un mensaje para los fabricantes de coches. Su lucrativa carrera basada en vender vehículos más grandes, de mayor consumo y más caros atenta contra la transición ecológica". Así de contundente se muestra el Ayuntamiento de París en el comunicado que recoge la medida ya definida.
Aunque también se aplica a coches en clave eco: híbridos, PHEV y eléctricos puros están incluidos. Así el corte va por el peso, lo que se traduce en buscar reducir los coches más grandes y pesados: SUV y todoterrenos. El por qué de la medida es que estos coches están ocupando demasiado suelo público, aunque también se señala la contaminación o la seguridad.
Así, las nuevas tarifas afectarán a:
- Coches gasolina y diésel, híbridos y PHEV de 1,6 toneladas o más.
- Coches eléctricos de 2 toneladas o más.
Menos coches, pero también más espacio para que los residentes aparquen. El estacionamiento regulado en las calles de París funcionará como hasta ahora: por zonas correspondientes a los distritos de París, que son un total de 20.
Las más céntricas (de la 1 a la 11) seguirán siendo más caras y las periféricas más baratas, pese a que por ejemplo la 16 es uno de los barrios ricos de la capital francesa. Según zona, la tarifa mínima será de 12 euros o 18 euros (1 hora) para los coches más pesados y la más cara de 150 euros o 225 euros (6 horas).
Eso sí, los que tendrán que pagar esas nuevas tarifas serán los no residentes parisinos de dicha zona. También se libran los trabajadores que vivan en una zona distinta (o fuera de la ciudad) pero que tengan su oficina o centro de trabajo en dicha zona, así como trabajadores de servicio: taxistas, VTC, electricistas, fontaneros, albañiles etc. El grueso de excepciones lo cierran personas de movilidad reducida que dispongan de la tarjeta de estacionamiento correspondiente.
Si bien se esgrime como principal objetivo de reducir los coches grandes en París, lo que es necesario dado su espacio disponible (calles estrechas, carriles bici etc.), también se entrevé que se busca favorecer que los parisinos puedan aparcar cerca de su casa.
Algo que los SUV grandes no favorecen precisamente por su tamaño. Y no son pocos: según datos de The Guardian, su número ha aumentado un 60 % en los últimos cuatro años y representan el 15 % de los 1,15 millones de los coches que duermen en las calles de París cada noche. Aunque en este grueso también tenemos todocaminos pequeños.
En el referendum podrán participar cualquier parisino empadronado en la capital gala y residentes extranjeros, pero pertenecientes a la Unión Europea, siempre que estén inscritos en la lista complementaria de las elecciones municipales.
Teniendo todo esto en cuenta, seguramente el referéndum salga favorable. La respuesta la tendremos el 4 de febrero.