El divorcio entre la escudería Red Bull y el fabricante de motores francés Renault es algo que a estas alturas de la película ya nadie pone en duda. Sin embargo, no deja de ser triste ver cómo ha quedado en el olvido lo mucho que tuvo que ver el motor Renault en la época gloriosa de Red Bull, llegando incluso a faltar el respeto a la marca francesa con declaraciones muy duras.
Las últimas, las que el otro día pronunciaba el siempre polémico Dr. Helmut Marko: "Hasta una versión B del motor Ferrari sería mejor que la versión A del motor Renault". Unas declaraciones duras que seguro que escuecen especialmente en Francia. El marco de esas declaraciones es un supuesto interés de Red Bull por disponer de motores Ferrari en una especificación ligeramente inferior a los oficiales que monta la Scuderia, con unos 20 o 30 CV menos según algunas informaciones aparecidas los últimos días.
Pero mucho más allá de qué motores acaben empujando a los Red Bull en un futuro próximo, lo que parece evidente es que Renault está atravesando por uno de los momentos más críticos a nivel de imagen de marca en su exitosa historia en Fórmula 1. Desde luego, no ayuda en absoluto el desastroso diseño de motor que han desarrollado para esta temporada. El motor Honda no es mucho mejor, pero los japoneses tienen la excusa de la inexperiencia, mientras que Renault ya estuvo en 2014.
El futuro de Renault se decidirá a finales de 2015
No es de extrañar que el director de Renault Sport, Cyril Abiteboul, haya pedido públicamente a Red Bull que deje de "rajar" de Renault y que intente adoptar una posición de colaboración para solucionar conjuntamente los problemas. Pero mucho me temo que a Red Bull le interesa bien poco tanto el corto plazo como su relación con Renault. Y es una auténtica pena acabar así una relación tan exitosa como la que han protagonizado durante tantos años Red Bull y Renault.
Mientras tanto, y aún con contrato vigente con Red Bull para 2016 - aunque en Fórmula 1 los contratos valen hasta que dejan de valer - en ese ambiente enrarecido Renault sigue barajando sus opciones de futuro, que a buen seguro ven ya muy alejado de seguir siendo el suministrador de motores de Red Bull. Las alternativas son evidentes, y totalmente opuestas: o volver a involucrarse en la Fórmula 1 con un equipo propio, o abandonar por completo la categoría. La decisión se tomará a finales de este año, pero perder a otro gran fabricante no sería desde luego lo mejor que podría sucederle a la Fórmula 1.