La temporada 2021 de Fórmula 1 no está siendo lo que Mercedes esperaba. Acostumbrados a arrasar durante toda la era híbrida, Red Bull y Max Verstappen han reaccionado a tiempo de poner en cuestión el pleno de títulos de Mercedes durante esta etapa. A solo cinco carreras del final, Verstappen es el líder del mundial.
Parecía que en Mercedes habían dado con la clave, legal o no, para recuperar el rendimiento de su monoplaza en los últimos Grandes Premios. Pero la fiabilidad del motor Mercedes se ha resentido gravemente y ahora es la mayor preocupación del equipo: a Lewis Hamilton se le está poniendo difícil su octava corona.
Los Mercedes llevan cuatro carreras seguidas penalizando por cambios en el motor
Antes del Gran Premio de Estados Unidos algunas informaciones en el paddock apuntaban a que Mercedes estaba sufriendo serios problemas de fiabilidad con su motor. Más concretamente, con la cámara de combustión. Una información que pareció confirmarse cuando Valtteri Bottas tuvo que cambiarla antes de Austin.
La que montó Bottas en Austin fue la sexta cámara de combustión que utiliza esta temporada, en la que el límite para todo el año es de solo tres. Peor lo más grave es que en los últimos cuatro Grandes Premios el piloto finlandés ha tenido que usar tres cámaras de combustión. Va casi a pieza por carrera.
Si a esto le sumamos que en la única carrera en la que no penalizó Bottas, la de Turquía, tuvo que penalizar Hamilton, también cambiando la cámara de combustión, el resultado es evidente: Mercedes está teniendo problemas de fiabilidad. Algo ha cambiado en el motor alemán, o en su tratamiento, para ser estas precauciones.
De hecho, el motor Mercedes ha crecido en rendimiento a la vez que ha bajado en fiabilidad. Las velocidades punta de Mercedes ha subido de forma disparatadas en las últimas carreras, y Red Bull ya insinuó que podía ser algo ilegal. En la clasificación y la carrera de Austin dio la sensación, viendo las velocidades punta, de que Mercedes volvía a lo anterior.
Las informaciones en el paddock apuntaban a que la nueva unidad que Bottas montó en Rusia tan solo habría durado unos 900 kilómetros antes de estar para el retiro, y la de Monza llevaba el mismo camino. En total Mercedes ya ha tenido que penalizar en cuatro carreras, las cuatro últimas, y parece que podría haber al menos una más para Hamilton.
El propio Toto Wolff ha reconocido en público que sus ingenieros no consiguen resolver qué pasa con los motores, ni por qué los pilotos están escuchando unos extraños ruidos mientras conducen. Ahora Mercedes tiene que decidir qué hacer: seguir con unos motores que son más rápidos pero tienen mucho riesgo de romperse, o volver a lo de antes.
También tendrá mucho que ver en la decisión algo que solo ellos saben: si esos propulsores, o el trato que les están dando, es legal. En cualquier caso, a este ritmo de una sanción por carrera parece difícil que Mercedes vaya a poder luchar por el título contra Verstappen. Vienen México y Brasil, circuitos favorables a Red Bull, y el mundial podría quedar en jaque.
Curiosamente, en el otro lado de la balanza está Honda, cuya fiabilidad es a prueba de bomba. Los dos pilotos de Alpha Tauri aún no han excedido el límite de motores, mientras que Verstappen y Sergio Pérez solo lo han hecho por los accidente, provocados por Mercedes, que sufrieron en Silverstone y Hungaroring.
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