Es viernes. Te has pegado una semana de trabajo infernal y te diriges respirando profundamente hacia tu coche. Por fin, te sientas y te relajas. Ahí está tu preciado Toyota, el que nunca te falla, el que tantos momentos irrepetibles te ha dado. Arrancas y escuchas su ronroneo y decides que, antes de ir a casa, es mejor aprovechar las últimas horas de sol para sacarte una sonrisa.
Has puesto rumbo a tu carretera favorita y se acercan las primeras curvas. Pasas con calma por la primera y la segunda, para calentar, pero en la tercera te animas a pisar el acelerador con más contundencia cuando el punto se salida se pone a tiro… y ay, ¡qué momento! Notas como la trasera se desliza suavemente como acto reflejo tus manos ya se han encargado de girar el volante hacia el lado contrario. Lo justo para colocar el coche en su sitio y seguir tu camino hacia el próximo ángulo. Es esa pizca de inestabilidad, esa pizca de locura lo que hace de la tracción trasera algo tan estimulante. Y hoy, hoy toca repasar las grandes leyendas del contravolanteo de Toyota.
Toyota Corolla AE86
Empezamos fuerte. Cuando Toyota puso a la venta la versión AE86 de la cuarta generación de su Toyota Corolla, difícilmente podían imaginar que traería tanta cola. Ni si quiera llegó a ponerse a la venta en Europa pero logró traspasar fronteras en unas cintas VHS (para muestra, el vídeo bajo estas líneas con Keiichi Tsuchiya) en las que unos locos japoneses circulaban por las montañas niponas con sus Corolla, sus Sprinter Trueno, de lado. La potencia no era nada espectacular, ya que apenas alcanzaba los 130 CV, pero el secreto residía en su comportamiento gracias a la tracción trasera. Un coche pequeño, económico y divertido que dibujó tantas sonrisas en los jóvenes nipones como cualquier Playboy.
Toyota MR2
Inspirado en las mismas características que movieron el AE86, Toyota puso a la venta en 1984 un coche de tamaño contenido (no obstante, se trata de un biplaza), líneas atractivas y un precio realista, el MR2. Bajo el capó, un propulsor de cuatro cilindros que rondaba los 130 CV en sus configuraciones máximas iniciales. La distancia entre ejes le dotaba de una agilidad pasmosa pero su tracción trasera no pasó desapercibida para los amantes de la conducción. Y decimos dotaba, porque Toyota cesó la producción del MR2 en 2007. Mención aparte merece la modificación que realizó Toyota Racing, el TRD2000GT, incluyendo un sistema turbo que aumentaba su potencia hasta los 500 cv para poco más de 1.000kg.
Toyota Supra
El Toyota Supra es probablemente uno de los mejores deportivos japoneses de la historia. Nació de la expansión del Toyota Celica, haciéndolo más ancho, largo y potente. Heredaba nada más y nada menos que el propulsor del Toyota 2000GT, el primer súper deportivo de la isla. Especialmente el Mark IV (1993-2002), la última generación de la familia, ha sido producto de innumerables preparaciones que han elevado el mito Supra a lo más alto. Tanto es así que no tardó en salir representado en The Fast and the Furious protagonizando aquella épica escena frente a un Ferrari que no hacía más que imitar los primeros vídeos online de duelos en carreras drag.
El último de la saga llegó a los concesionarios nipones con motores de entre 220 y 280 CV para superar los 320 CV a la hora de ser importado a Europa y Estados Unidos. Tras 24 años de actividad tras ser diferenciado del Celica, Toyota puso punto y final a la producción en 2002 para dar paso a la leyenda.
Toyota GT-86
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