Pueden ser varias las razones para cambiar de coche, siendo las más habituales sustituirlo por uno nuevo o porque no sale rentable el mantenimiento para el uso que se le da.
Sea como fuere hay varias opciones para vender nuestro coche usado: vamos a repasar las más habituales para que tomes la decisión que más se ajuste a tus necesidades o al coche en sí.
Al concesionario
Si se va a comprar un coche nuevo, lo más sencillo es optar por venderlo al propio concesionario. Normalmente, los concesionarios ofrecen descuentos si se hace entrega de un vehículo antiguo, lo que supone rebajar el precio del nuevo.
Además, actualmente si se opta por un coche enchufable, ya sea o un eléctrico puro o un híbrido enchufable, hacer entrega del vehículo antiguo supone que se puede disfrutar de los incentivos máximos del plan MOVES III.
Si se trata de un coche eléctrico, ya sea de batería o de pila de hidrógeno, las ayudas se fijan en 7.000 euros. Si es un PHEV de más de 30 km y menos de 90 km de autonomía eléctrica, que son casi todos los que se ofrecen ahora en el mercado, el incentivo es de 5.000 euros.
Hay que señalar que incluso si nos hacemos con un kilómetro cero (que también es un coche nuevo) o un seminuevo o un vehículo de gerencia, también los concesionarios permiten entregar el coche antiguo por parte del pago.
E incluso hay concesionarios que venden usados de mayor kilometraje que aceptan esta fórmula para rebajar el precio del coche que se vaya a adquirir.
Esta alternativa tiene la ventaja de que es muy cómoda, ya que no tendremos que hacer seguimiento de la venta de nuestro automóvil esperando encontrar un comprador y las gestiones las realiza el concesionario. Pero siempre será este punto de venta el que decida qué montante ofrece por el mismo.
A una empresa de compra-venta
Otra opción es vender nuestro automóvil usado es hacerlo a una empresa de compraventa de vehículos. Son varias las que se existen en España: Canalcar, Compramostucoche, Ocasión Plus... hay múltiples entidades que ofertan este tipo de servicios.
Si se opta por esta opción lo suyo es ir consultando las que más confianza nos ofrecen y hacer comparativa de lo que nos dan por el coche usado. Como es lógico, el precio que nos ofrezcan por él dependerá del modelo, el estado del coche, de los kilómetros que tiene etc.
Una buena manera de saber si nos están ofreciendo un buen precio también es la de realizar una tasación online, existiendo múltiples plataformas para ello que lo hacen de forma gratuita. Otra, aunque supondrá un gasto pero será más ajustada, es la de contratar los servicios de un tasador.
A otro particular
Normalmente, vender nuestro coche usado a otro particular es la fórmula que más beneficios puede reportar, pero implica más esfuerzo por parte del vendedor.
Para ello existen numerosas plataformas que permiten anunciar el automóvil que queremos vender: Carsbater es un buen ejemplo, pero hay muchas. O incluso ya hay quien opta por anunciarlo en Wallapop.
Poner un anuncio de un usado implica aportar fotografías y cuantas más sean y más detalles muestren mejor. En definitiva se trata de generar confianza al comprador. Lo suyo es fotografiarlo desde diferentes ángulos: tres cuartos trasero y delantero, frontal, trasero, interior, motor y mecánica, maletero etc.
Y una buena descripción siempre atraerá más compradores, y en este punto cuanto más honestos seamos, mejor. Por ejemplo, se puede indicar los mantenimientos que tiene pendientes como el cambio de la distribución o de los neumáticos. Pero esto también afectará al precio y su negociación, claro.
Y es que la gran diferencia con las dos opciones anteriores es que tendremos que decidir el precio al que venderlo. Para ello de nuevo se puede acudir a plataformas de tasación online o bien contratar un tasador.
Otra opción es buscar coches similares que se venden actualmente en páginas web de venta y comprobar a qué precio se están vendiendo, siempre teniendo en cuenta los kilómetros, el estado del coche y el modelo en sí etc.
Además, si se escoge esta fórmula también implica asumir el papeleo: al tratarse de una transferencia de propiedad, lo que supone por tanto cambiar el titular del coche, habrá que redactar un contrato de compraventa donde lo más importante, a parte del precio, es la fecha y la hora a la que se hace efectiva la venta.
Igualmente, es el vendedor el que debe comunicar a la DGT el cambio de titularidad o transferencia, que se puede hacer online (si se tiene certificado digital, DNI electrónico o cl@ve digital) o bien presencial.
Para ello se ha de rellenar este formulario y previamente haber pagado la tasa que se aplica a este trámite, que actualmente es de 55,70 euros. De igual manera se exige para este trámite haber pagado el impuesto de transmisión patrimonial, por lo que en el momento de tramitarlo se debe presentar el resguardo de este pago.
El vehículo asimismo debe tener al corriente el impuesto de circulación (también conocido como numerito) del año anterior a la venta y no debe tener ninguna multa o tributo pendiente de pago.
Es aconsejable que el cambio de titularidad se notifique en un plazo máximo de 10 días. No en vano, hasta que se hace efectivo el cambio de titularidad, si el nuevo propietario es sancionado las multas siguen aplicándose al antiguo dueño del coche.
Otras opciones: del taller al desguace
En el peor de los casos, que se busque cambiar de coche puede deberse a que el que se tiene ha sufrido una avería tan grave y costosa que no merece la pena repararlo. Normalmente porque casi sale mejor hacerse con otro que asumir los gastos de la reparación.
En este caso el propio taller que nos notifica el montante que supone repararlo puede ofrecerse a comprarlo. Pero esto depende de si el mecánico valora que puede sacar buen precio tras repararlo.
También podemos escoger ponerlo a venta señalando la avería que tiene, aunque a menos de que se trate de un coche de colección o un claro objeto de deseo y con tirón en el mercado VO, será complicado encontrar comprador.
Por último, siempre se puede optar por venderlo a un desguace, que aprovechará las piezas que estén en buen estado. Si bien esta alternativa es con la que menos dinero vamos a ganar, peor será no contar con beneficio alguno.
Si se escogemos venderlo a un desguace hay que dar de baja el vehículo para evitar posibles sustos posteriores. Se trata de una baja definitiva y no temporal, y normalmente es el propio establecimiento el que se encargar de tramitarla. Digamos que se incluye en el precio que nos dan por el coche.
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