Hindenburg Research, la consultora estadounidense especializada en investigación financiera que acusó a Nikola de "complejo fraude" y que ha precipitado la ruptura de su acuerdo con General Motors, ha vuelto a la carga.
Esta vez, la entidad acusa a Kandi Technologies Group, el fabricante chino de coches eléctricos low cost, de haber inflado sus resultados de ventas comercializando vehículos a sí mismo. Una maniobra que le valió para obtener 160 millones de dólares de inversores estadounidenses solo el pasado mes de noviembre.
Según se describe en el extenso y pormenorizado informe de Hindenburg, que asegura haber hablado con una docena de exempleados y socios comerciales de Kandi, casi el 55% de las ventas de Kandi en los últimos doce meses se hicieron a una misma entidad, su mayor cliente.
¿El problema? Que tiene el mismo número de teléfono que una subsidiaria de Kandi y un mismo ejecutivo trabaja para ambas compañías.
El edificio de su mejor cliente, con letreros de Kandi
Asimismo, la consultora adjunta en su escrito imágenes en las que se muestra el edificio del supuesto mayor comprador y en cuya fachada se ven perfectamente los letreros con el nombre de Kandi.
En ese mismo lugar, Kandi tenía además otra empresa que supuestamente se usó en un "esquema de ventas falso separado para cobrar subsidios ilegítimos del gobierno chino", recoge el mencionado documento. Dicho plan falso provocó que Kandi fuera multada.
Según Hindenburg, ese es solo un ejemplo de cómo Kandi estaría falsificando "ingresos mediante ventas falsas a afiliados no revelados". De hecho, cifra en un 64% las ventas que Kandi efectuó en los últimos doce meses a "partes relacionadas no reveladas".
¿Y cómo ha sido posible? La consultora acusa a los altos cargos de fabricante de incurrir en puertas giratorias, dando como resultado tres auditores y cuatro directores financieros en Kandi en cinco años.
Su último y actual auditor, Marcum, fue vetado recientemente por las autoridades chinas para analizar las cuentas de empresas del país asiático. Kandi, en cambio, informó de que tiene intención de renovar el contrato que le vincula con Marcum.
Hindenburg acusa a Kandi de tener una mala reputación en China y, después de que la marca anunciase su intento de 'asaltar' Norteamérica con sus coches eléctricos low cost, "espera que sus esfuerzos en EEUU sigan fracasando", reza así de contundente en su texto.
Sea como fuere, según la consultora financiera, Kandi habría recaudado 160 millones de dólares en los EEUU solo en noviembre procedentes de diversos inversores, aprovechando "las brechas regulatorias que permiten a las empresas con sede en China desviar efectivo de los mercados de capital de EEUU con impunidad", concluye el documento.
Kandi America, filial de la compañía china para el mercado estadounidense, actualmente tiene abiertas las reservas de sus modelos Kandi K23 y K27. El segundo aspira a convertirse en el coche eléctrico más barato de EEUU con un precio de partida de 12.499 dólares tras aplicar el descuento federal de 7.500 dólares.
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