De acuerdo, Tesla es la marca del momento. Han logrado dar a los coches eléctricos una dimensión que poco podíamos esperar hace sólo 10 años, y últimamente están que se salen: van a por todas. Hasta cierto punto es normal que ocupen titulares y más titulares. Cuando salió el Ford T, seguro que a los de Dearborn les sucedió algo parecido.
Ah, pero hay maneras de conseguir rizar el rizo de Tesla. Por ejemplo, sumar un motor del Model S RWD con unas baterías del Chevolet Volt, montarlo todo en uno de esos 818 Kit Car que hacen las delicias de los bricopasioneros de pro, y ponerlo a gastar gomas por la calle. ¿Por qué no?
Tapp Auto se ha dedicado a esta insigne labor, y la bestia que le ha salido es capaz de desarrollar una potencia superior a los 400 CV para un deportivo que apenas alcanza los 1.135 kg de masa. En las pruebas realizadas, el cuarto de milla lo deja en 11,5 segundos, alcanzando los 185 km/h. Volare, en estado puro.
Bonus track: montando el eléctrico de los 1.000 CV
Para todo lo demás, la animalada que está desarrollando Jason Hughes, a base de sumar dos motores Tesla, unas cuantas baterías de la firma de Musk y dos paquetes completos de baterías del Volt. Su reto está en conseguir la madre de todos los eléctricos, un hijo de Frankenstein que entregue más de 1.000 CV a partir de unas baterías que contarán con una capacidad conjunta de 62 kWh a lo largo de una autonomía estimada en unos 195 a 240 kilómetros, más o menos.
A estas alturas del verano, el muchacho sigue trabajando en ello.
Vía | Electrek
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