Durante la década de los 50, BMW estuvo a punto de desaparecer como marca independiente. El éxito comercial del modelo que os presento hoy, el BMW 700, fue el coche que permitió la superviviencia de BMW AG. Esta es su historia.
BMW había sobrevivido como marca a la II Guerra Mundial, finalizada en Europa en 1945 tras la rendición de todas las fuerzas alemanas el 7 de mayo. El fuerte de BMW AG a principios de los 50 era la fabricación de motocicletas, que alcanzó un record de ventas en 1952, aunque lejos de la producción de la pre-guerra.
El mercado de las motos comenzó a deprimirse en toda Europa y en BMW decidieron fabricar un coche pequeño basado en el BMW 327 con motor bicilíndrico de 600 cc anterior a la gran guerra. El proyecto se inició en 1950 aunque se descartó poco después por razones económicas.
BMW 600
Después de lanzar el Isetta en 1954, en un intento de compensar la caída en el mercado de motocicletas, BMW se dio cuenta de que este coche burbuja era demasiado pequeño para los nuevos clientes. El “milagro económico” alemán había comenzado y los usuarios demandaban un coche más grande y cómodo.
El siguiente modelo fue el BMW 600, más largo que el Isetta, manteniendo el motor bicilíndrico de 600 cc montado en la parte posterior. Aunque el BMW 600 disponía de cuatro plazas, resultó un fracaso. El acceso único —y su incomodidad— por la única puerta frontal, fue rechazado por la demanda.
La reacción de BMW AG fue “estirar” aún más el modelo 600, hasta conseguir una distancia entre ejes de 1.900 mm. También se modificó el interior en un intento de facilitar el acceso a las plazas traseras. Esto tampoco funcionó, el coche seguía siendo muy incómodo y sólo habían conseguido aumentar el peso que tenía que mover el exiguo motor.
Hasta aquí se había intentado aprovechar al máximo, por economía, el modelo 600, pero ya no admitía más reformas. Había que pensar en otro concepto partiendo de cero, con otro motor más potente por exigencias del peso del propio coche y de los ocupantes y sus pertenencias.
BMW 700
En julio de 1958 el ingeniero Wolfgang Denzel presentó a la Junta de Administración de BMW, un modelo creado por el diseñador italiano Michelotti. Sobre éste recayó la decisión, ya que tal y como estaba concebido permitía fabricar un berlina de dos puertas y un coupé.
Aparte de su diseño totalmente nuevo, el BMW 700 tenía otro punto a destacar sorprendente: fue el primer BMW con carrocería monocasco. Con este concepto se consiguió disminuir el peso en 30 kg, bajar el coche entero entre 60 y 70 mm, agilizar el proceso de producción y disminuir costes de fabricación.
BMW había tenido una experiencia previa respecto del monocasco —sin llegar exactamente a este concepto— en la construcción del BMW 326, fabricado en Eisenach desde 1936 hasta el inicio de la II Guerra Mundial. Este conocimiento previo dio sus frutos, porque el BMW 700 tenía mayor rigidez estructural que otros similares construidos en la misma época.
El 09 de junio 1959, el Consejo de Administración de BMW, con su presidente ejecutivo a la cabeza, Dr. Heinrich Richter-Brohm, presentó el nuevo BMW 700 Coupé, el primer modelo de la nueva serie. Presentación que se realizó ante 100 periodistas del motor de varios países.
Esto fue en Feldafing, cerca de Munich, en el mismo lugar donde unos dos años antes se había visto por primera vez el poco afortunado BMW 600. Habida cuenta de la trayectoria anterior de la marca, la presentación fue acogida con gran escepticismo.
Consciente de la actitud de la prensa asistente al acto, Helmut Werner Bönsch, Director de Planificación de Ventas Técnicas de BMW, admitió con franqueza en su discurso de bienvenida que:
En última instancia, esta actitud y estas dudas nos han convenció y por ello les invitamos hoy a conocer el nuevo BMW 700 Coupé, y no esperar hasta el Salón del Automóvil de Frankfurt.
En Motorpasión | BMW 700, el coche que salvó la compañía (Parte 2)