Al Príncipe Alberto de Mónaco parece que las cuentas bancarias no le van precisamente mal. Se estima que tiene una fortuna de 900 millones de euros. Vamos, que no tiene problemas como muchos de nosotros para pagar las facturas a fin de mes.
Es por ese motivo por el que no entiendo el motivo de que haya encargado a la casa de subastas Artcurial Motorcars que subasten algunos de los coches de la colección de su padre el Príncipe Rainiero. La subasta alcanzará los 38 coches de todos los tipos, ninguno de ellos con demasiado valor aparte del sentimental por pertenecer a quien pertenecieron.
Y es que la colección del Príncipe Rainiero era cuando menos curiosa. Destacan en ella la multitud de coches de marcas francesas: un Citroën C11 de 1955, dos Citroën CX Break uno de de 1980 y otro de 1981, se mezclan con otros como el Porsche 928 S (muy parecido al que probamos este mes en Motorpasión), un Fiat 500 de 1971 o un Chevrolet Camaro de 1973.
La parte buena además de que todos los coches se entregarán a sus compradores con la documentación a nombre del Príncipe Rainiero, es que sus precios están al alcance de muchos. Los más baratos comenzarán en 5.000 euros la subasta, mientras que los más caros apenas alcanzan los 35.000 euros.
En este enlace de la casa de subastas puedes ver el lote completo. Si tuviese que elegir solo un par de ellos, me quedaría sin duda con el pequeño Fiat 500 que me enamoró desde que lo vi por primera vez en Italia y con el Mercedes-Benz 500 SEC AMG de 1983 por su impresionante aspecto.