El Ford Mustang de 1968 que aparece en 'Bullitt' es sin duda uno de los coches más emblemáticos del cine, es un coche que ha inoculado el virus de los coches a más de una generación. Durante más de 40 años, el coche estuvo en paradero desconocido. Hasta que volvió a aparecer en 2018. El coche estuvo en manos de una misma familia casi desde los inicios. Finalmente, después de tanto tiempo, han decidido venderlo. Saldrá a subasta el próximo mes de enero.
La familia Kiernan tuvo el coche en sus manos desde 1977. Robert Kiernan Jr. compró el coche en 1974 cuando vio anunciado a la venta en 'Road & Track' un “Ford Mustang Bullett”.
Nadie salvo él había preguntado por el coche y lo compró por 6.000 dólares (entonces, era mucho dinero para un Mustang de 1968 con la carrocería marcada). En 1977, Steve McQueen le escribió para comprarle el coche y ofrecerle un Mustang nuevo. No aceptó.
La fama y los problemas mecánicos del coche, hicieron que Robert decidiese esconder el coche. O mejor dicho, dejó de sacarlo a la calle y simplemente lo guardó en su garaje.
Décadas más tarde, su hijo Sean y dos compañeros deciden enseñar el coche a la cúpula de Ford para conseguir financiación para poder rodar una película sobre la búsqueda de ese coche. Lo hacen en las Vegas en 2016.
En búsqueda de un nuevo hogar
Tras la orquestada reaparición del Mustang 'Bullitt' en el Salón de Detroit de 2018 con motivo del lanzamiento de una nueva serie especial Bullitt del Mustang, la familia Kiernan ha decidido poner a la venta el coche. Mecum subastará en enero de 2020 en su venta de Kissimmee, Florida.
El coche está en su estado de origen, prácticamente tal como sale en la película. Solo se han cambiado algunas cosas, como el pomo y el volante, ambos originales fueron robados. Por otra parte, el motor fue reconstruido, pero con piezas originales de Mustang.
Mecum no ofrece una estimación de lo que podría llegar a alcanzar el coche en la subasta. Sin embargo, habida cuenta que la americana que usó McQueen en la película alcanzó los 120.000 dólares en una subasta de Bonhams, cuesta imaginar lo que se podrá llegara a pagar por el Mustang original. A título de comparación, el Mustang más caro de la historia, un Shelby GT 500 Super Snake, alcanzó los 2,2 millones de dólares.