Como ya os contábamos el otro día, Barack Obama ha estado paseándose por las más importantes plantas de producción de automóviles de su país, en un intento de defender el proyecto que su administración inició con el plan de rescate a GM y Chrysler.
Tras la breve parada en la planta de GM, y su corto recorrido a los mando del Volt, ayer tocaba visitar la planta que Ford tiene en Chicago (cuidad natal de Obama). Como no, su arenga ante 1.700 trabajadores estuvo plagada de llamadas a la unidad, la épica y la historia.
"_Esta planta tiene una historia extraordinaria. Henry Ford la construyó en 1924 para producir el Modelo T. Cuando se produjo la Gran Depresión, y Ford cerró 25 plantas, ésta permaneció abierta. Cuando la Segunda Guerra Mundial, esta planta hacía vehículos blindados_".
La realidad es un poco diferente ya que Ford no recibió ni un dólar de las arcas públicas en este último plan de rescate, mientras que a sus dos primas de Detroit la jugada les salió redonda: salieron de bache con dinero de los "taxpayers" y poco tiempo después consiguieron devolver el préstamo.
Aún así, quitando algunas declaraciones de un CEO de Ford, la marca entendió que ellos no necesitaban esa ayuda, y que aunque esta situación puede ser interpretada por muchos como un agravio comparativo, era necesario para el país una industria automovilística fuerte.
La compañía del óvalo se enfrenta ahora al mercado internacional, con el nuevo Ford Explorer a punto de entrar en fase de producción, aunque, todo sea dicho, con una ayudita extra de parte del gobierno americano. Concretamente, el Export-Import Bank financiará con 250 millones de dólares la exportación de 211.000 vehículos.
Discursos grandilocuentes de Obama aparte, lo cierto es que aunque una parte del país no esté de acuerdo en llevar a cabo este tipo de ayudas, una vez que se toma la decisión de sacar adelante su industria automovilística, todas las instituciones y los agentes implicados reman en la misma dirección.
En nuestro país el panorama es bien diferente. Hemos pasado de una situación en la que subvencionaba la compra de un vehículo nuevo mediante el plan 2000E, a una subida del I.V.A. que como media ha encarecido cada vehículo 450 euros.
No creo que sea este el foro para poner en tela de juicio las medidas adoptadas por nuestro gobierno, cada cuál tendrá su opinión formada al respecto; pero sí me parece importante señalar las diferencias con un país que ha conseguido en un tiempo record cambiar totalmente el panorama desolador al que su industria automovilística se enfrentaba.
En Estados Unidos se decidió que era positivo relanzar su industria y como conjunto, todos empujaron a la par. Por contra, nosotros pasamos de la euforia al desastre sin inmutarnos, cada día más impermeables antes las cifras negativas. No digo que la industria del automóvil americana no tenga sus propios retos, pero creo que tenemos una lección que aprender.
Vía | Yahoo, Yahoo En Motorpasión | General Motors y Chrysler devuelven las ayudas, No era broma, el mercado español se hunde