En unas sorprendentes declaraciones, el CEO del Grupo Volkswagen, Herbert Diess, ha puesto en duda la que prometía ser una carrera meteórica en la esfera de los coches eléctricos de batería.
A pesar de haber conseguido un incremento del 60 % en 2019 de las ventas de estos vehículos, están muy lejos del objetivo marcado para 2021, y Diess teme que Volkswagen se acabe convirtiendo en la Nokia del sector automotriz. De momento, no apostará por el hidrógeno.
El coche de hidrógeno no será competitivo hasta dentro de una década
Diess considera que si no quieren perder su hegemonía tal y como le ocurrió a la tecnológica finlandesa a partir de 2011, deben ponerse las pilas, literalmente.
"La gran pregunta es: ¿Somos lo suficientemente rápidos?", dijo Diess a los altos directivos de Volkswagen después de una reunión de la junta mundial el jueves. "Si continuamos a nuestra velocidad actual, será muy difícil", advirtió.
El fabricante alemán quiere aumentar su valor de mercado de los 91.000 millones actuales a 200.000 millones de euros según informa Reuters, renovando sus activos, reduciendo costos y expandiéndose a nuevas tecnologías como los coches conectados.
"En resumen, este es probablemente el desafío más difícil que Volkswagen haya enfrentado", dijo Diess, y agregó que el fabricante de automóviles planea cumplir con los objetivos de emisiones más estrictos y al mismo tiempo tratar de mantener los márgenes de ganancias.
Para conseguirlo, el consorcio alemán dejará de lado, por el momento, la pila de combustible que alimenta los coches eléctricos de hidrógeno, y reducirá los recursos dedicados a esta tecnología, aún emergente en el sector automotriz.
Volkswagen considera que la pila de combustible no será, hasta dentro de 10 años, tan competitiva como las baterías de los coches eléctricos.
Lo cierto es que Alemania es el país referente en Europa en la tecnología de la pila de combustible, pero también está dando un fuerte impulso, por parte del Gobierno y de las empresas privadas y fabricantes, a la esfera del coche eléctrico en forma de ayudas a la compra y de infraestructura.
La ofensiva de Volkswagen, que quiere fabricar 330.000 vehículos eléctricos de batería en 2021, pasa por el Volkswagen ID.3 y sus derivados, como el SUV ID.4 o la Transporter eléctrica.
Pero la tarea parece como mínimo ardua, pues en dos años (2020 y 2021), la marca tiene que pasar de vender este tipo de modelos de forma anecdótica a vender lo mismo que Tesla en dos años, cuando a éste le llevó 10 años lograrlo.
De hecho, el fabricante alemán cerró 2019 con 80.000 ventas de coches híbridos y eléctricos de batería; un 60 % más que en 2018 pero aún lejos de los ambiciosos objetivos auto impuestos.
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