Casi toda la comunicación de estos últimos meses de Volkswagen gira entorno al coche eléctrico. Sí, la marca está muy comprometida con la electrificación del automóvil, pero eso de cara al futuro. De momento, no se olvida de la realidad actual del mercado: el motor de combustión interna y el diésel. Así, Volkswagen ha aprobado el uso de combustibles parafínicos en sus motores diésel de 4 cilindros de última generación.
Los combustibles diésel recientemente desarrollados, según Volkswagen, contienen componentes biológicos que ofrecen "un ahorro significativo de CO₂ de entre 70 y 95%" en comparación con el diésel convencional.
Volkswagen tiene previsto reducir la huella de carbono de su flota en Europa en un 40% de aquí a 2030 y, aunque se está centrando cada vez más en los vehículos total y parcialmente eléctricos, espera que esta homologación del uso del combustible también contribuya a la reducción de su huella CO₂.
Todos los modelos entregados desde junio que emplean los motores diésel TDI de cuatro cilindros de Volkswagen pueden utilizarse con diésel parafínico, un combustible recientemente desarrollado que contiene componentes biológicos.
Aunque Volkswagen ha centrado sus esfuerzos recientes en aumentar su gama de coches eléctricos, esta medida quiere enviar el mensaje que la empresa es receptiva a otras formas de reducir su huella de carbono y no da la espalda al coche de combustión interna. Y es que mientras que el coche eléctrico no tenga una cuota de mercado muy significativa y consistente en el tiempo, la marca ha de seguir vendiendo coches gasolina y diésel.
Si bien la cuota de mercado del diésel en Europa en el último trimestre ha disminuido drásticamente y se queda en un 17,6 %, es decir, algo 381.473 coches diésel vendidos de julio a septiembre de 2021.
Evidentemente, esa cuota de mercado no es lo que era antes (en el mismo periodo de 2020 rozaba el 28 %), pero sigue siendo muy relevante para los fabricantes, pues son 1,5 millones de coches al año. En algunos países, los diésel se destinan sobre todo a flotas de empresas.
Y es ahí donde la posibilidad de usar este tipo de biocombustible tiene sentido. Las empresas con flotas diésel recientes de marcas del grupo puede reducir la huella carbono de su flota con el uso de estos carburantes.
Volkswagen y los combustibles parafínicos, o biocombustibles
Los combustibles parafínicos se producen a partir de materias biológicos residuales y de desecho, como el aceite vegetal hidrotratado (HVO). Estos aceites vegetales se convierten en hidrocarburos mediante una reacción con hidrógeno y pueden añadirse al gasóleo en cualquier cantidad.
Los aceites vegetales, como el de colza, también pueden utilizarse para la producción de HVO, pero el máximo beneficio medioambiental sólo se obtiene mediante el uso de materiales biológicos residuales y de desecho, como el aceite de cocina usado y el serrín, afirma Volkswagen.
Estos biocombustibles, como el HVO, ya están disponibles en el mercado, y se prevé que su cuota aumente hasta el 20% o el 30% en el mercado energético de Europa en los próximos diez años.
Volkswagen añadió que en el futuro se ofrecerán otros e-combustibles como el Power-to-Liquid (PtL), que se producen a partir de fuentes regenerativas utilizando CO₂ y electricidad. En este proceso, el exceso de energía verde podría utilizarse en su producción.
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