El diseño de coches Volkswagen: de usar lápiz y papel a utilizar algoritmos y resolución 4K
El uso de algoritmos en el diseño de los automóviles es algo que los grandes estudios de diseño usan cada vez más. Diseñar un coche con lápiz y papel encima de una mesa diseño uno solo o con la ayuda de un ingeniero-diseñador, como hizo Giorgetto Giugiaro al diseñar el Fiat Panda original, ya no se lleva. Hoy, para diseñar un coche, se hace casi todo de forma digital, programando algoritmos, y colaborativa entre todo el equipo de diseño, como nos explicó Klaus Bischoff, director ejecutivo de Diseño para todo el grupo Volkswagen.
Diseñar un coche de forma digital desde los primeros bocetos no es solo una manera de reducir el tiempo de desarrollo y creación, también permite compartir las ideas con el resto del equipo de diseño, cada uno puede así aportar nuevas ideas, correcciones o nuevas vías que explorar. Y eso desde los primeros bocetos.
Klaus Bischoff, por ejemplo, en su presentación reconoció que es un gran fan de los bocetos en una tablet (por lo visto, principalmente Photoshop Sketch en un iPad). Donde antiguamente se plasmaban las primeras ideas en forma de bocetos con lápiz o rotulador sobre papel, se explora ahora el concepto inicial directamente sobre la pantalla de un iPad.
El diseño es colaborativo
Compartiendo en línea esos bocetos, vía Deon (una plataforma de colaboración visual), cada diseñador puede aportar nuevas ideas, pero también permite ganar mucho tiempo a la hora de darles color y empezar a añadir detalles. Tampoco se añaden los colores al boceto con las decenas de rotuladores y otras técnicas como se hacía antaño, se añade el color y los reflejos directamente en el mismo software.
El siguiente paso, mediante otro software de realidad vitrual, es empezar a darle una forma en 3D a partir de los bocetos iniciales. Pasando de 2D a 3D permite validar inicialmente las ideas más interesantes y descartar otras. Es una representación bastante rápida y no un modelo 3D definitivo. Es básicamente un boceto, pero en 3D.
Y es a partir de esos bocetos 3D que se modelará un modelo más detallado y complejo. En esta fase el software de predilección es Rhino 3D y su función Grasshopper. Evidentemente, al igual que los bocetos, aqui también es un trabajo colaborativo. Al hacerlo en una plataforma digital interna todo el equipo lo ve y puede colaborar en el diseño. Así, cada diseñador responsable de un área del proyecto puede modelar el elemento que tenga asignado, añadiendo una cantidad de detalles casi infinita, e integrarlo en el coche virtual.
Mientras una persona o un equipo modelan los pilotos traseros, otro puede hacer lo mismo con la rejilla inferior en nido de abeja del Golf 8, por ejemplo. De hecho, esta rejilla con sus faros LEDs integrados ha sido posible gracias al uso de la programación de algoritmos en Grasshopper. Modificando unas variables, el diseñador puede dar forma, añadir detalles y superficies rápidamente a esa enorme rejilla.
De no ser por el uso de estas herramientas digitales, la creación de esta rejilla podría haber llevado varios meses y finalmente no habría llegado a la producción por el simple coste en tiempo que habría necesitado. En un mañana, un diseñador puede tener la base hecha y en función de la atención al detalle que desee aportar, la forma y diseño de la calandra estarían listos en unas pocas semanas y no meses usando métodos tradicionales y analógicos.
Servidores de 4 metros de alto por 18 m de largo para la resolución 4K
Con el proyecto finalizado, toca presentarlo al consejo de dirección de la marca. Serán ellos los que darán luz verde o no al proyecto y a menudo pedirán cambios. En ese caso, el modelado del coche puede requerir varias semanas. Y es que, como saben todos los diseñadores, al cliente siempre hay que entregarle para su validación un proyecto lo más completo posible.
Aquí, el cliente son unos altos ejecutivos que lo mismo solo miran la hoja de cálculo para saber cuánto le va a costar a la marca, que te validan un coche tras un fin de semana eufórico en la Costa Azul, como fue el caso de los de BMW con el Z8.
Y si les lleva una semana es que, además de presentarlo en una resolución a 4K, se incluyen absolutamente todos los detalles. Desde la textura de la pintura que se le aplicará hasta el más pequeño detalle de un botón en el interior del coche.
Por ejemplo, haciendo zoom, los directivos pueden ver hasta las partículas brillo o lentejuelas de una pintura metalizada. O bien, se puede abrir la puerta y ver cómo son los botones o los diferentes cuadro de instrumentos digitales. En este caso, Volkswagen usa software de diseño 3D y CAD de Dassault Systems, como Solidworks o CATIA, así como programas creados ex profeso para el fabricante.
Todo este trabajo en línea requiere unos servidores potentes, obviamente. Sin entrar en detalles, Bischoff nos explicó que para la presentación de un proyecto en 4K disponen de una serie de servidores de 4,5 metros de alto por 18 metros. Y es que enseñar un Golf 8 a escala 1 con todos sus detalles requiere una potencia considerable.
Según la importancia del proyecto, el peso histórico del modelo en la marca o el tiempo del que se dispone, se suelen presentar cinco proyectos iniciales, de los cuales se extrapolan tres y por último el modelo definitivo. En ocasiones, solo se presentan tres y se pasa directamente al modelo definitivo.
Por supuesto, el uso tan extensivo de herramientas de creación digitales no supone la desaparición de modelos físicos, de maquetas a varias escalas y escala 1. Y es que por muy detallado que sea el modelo 3D (lo pueden ver incluso en diferentes entornos y luz), nunca nada podrá sustituir el tacto y como lo vemos de forma física, natural.
Siempre habrá modelos físicos para determinar si “funciona” en un entorno real, para juzgar como es al tocarlo, o como ocupa el espacio. Y es que por mucho que lo llamemos diseño, en realidad, el proceso de creación de un coche tiene más que ver con la escultura que con el diseño.
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