Suena raro pero es lo que propone Volkswagen con su proyecto V-Charge, coches capaces de autoconducirse hasta puntos de recarga donde alimentar sus baterías y, una vez saciada su sed de electricidad, buscar un aparcamiento cercano a la ubicación de su propietario para descansar.
Ya se trabaja en sistemas de conducción autónoma para que los coches vayan solos hasta aparcamientos concretos, Bosch presentó un proyecto sobre esto en el Salón de Barcelona 2015. El caso de Volkswagen es una vuelta de tuerca más pensada para los coches eléctricos y esa búsqueda constante de electricidad para realizar recargas.
Ponte en situación, llegas a un centro comercial, te bajas del coche en la puerta y él solito se va a buscar una plaza de aparcamiento con sistema de recarga por inducción. Tú a tus compras tranquilo y sin la mala sangre que a veces se pone cuando no encuentras dónde aparcar o sin el agobio de no saber por dónde está la entrada y recordar para luego dónde has aparcado.
Te enrollas más de lo que pensabas y el coche ha terminado de cargarse. De nuevo él solo se pone en marcha, deja libre esa plaza por si otro yonki de la electricidad anda cerca y se va a buscar otro aparcamiento, esta vez normal porque tiene el buche lleno y no necesita más.
Terminas tus compras, avisas al coche para que te recoja en la puerta (se acabó lo de hacer fotos con el móvil al número de plaza donde aparcas) y te pones a los mandos. El aparcamiento no tiene por qué ser cerrado ni tener ningún sistema especial (la inducción para poder recargar, pero nada más).
Ya se han realizado pruebas con un e-Golf y el V-Charge funciona (la parte de conducción autónoma). La localización GPS en interiores, la medición de las plazas de aparcamiento, el reconocimiento del entorno fiable y la interacción ante otros vehículos y peatones funciona, ahora lo importante es que no falle como el coche de Google o que los hackers no se hagan con él como le pasó al Jeep Cherokee.