No es la primera vez que la Oficina de Aduanas filipina destruye un superdeportivo de altos vuelos por violar las férreas regulaciones de importación. El último capítulo tuvo lugar este mismo martes, en Manila, con un Ferrari 360 Spider como protagonista.
Una unidad de segunda mano de la versión descapotable del Ferrari 360 Módena, que estuvo en producción hasta 2004 siendo sustituido por el Ferrari F430 y a su vez por el 458 Italia, ha quedado reducido a un amasijo de hierros después de que un bulldozer le pasara por encima.
Lo hizo por orden del departamento de aduanas, en Manila, al ser considerado ilegal. Y es que, según recoge la publicación Gulf News Asia, en este Ferrari 360 Spider faltaban algunas piezas a fin de evitar impuestos en materia de importación.
Esta práctica es habitual en Filipinas. El año pasado, una colección completa de 100 motocicletas, entre las que se encontraban modelos Vespa, así como Triumph, BMW o Harley-Davidson, también fue aplastada por una excavadora sin anestesia alguna.
El último de una larga lista de superdeportivos convertidos en chatarra
El cavallino llegó a la república del Sudeste Asiático en mayo. Su precio estimado era de 7 millones de pesos filipinos, unos 123.000 euros al cambio. Meses después, ha sido declarado como ilegal por aduanas, pues "se habían desprendido algunas de sus partes para evitar el pago de impuestos", declaró Rey Leonardo Guerrero, comisario de aduanas en Manila, según recoge esta publicación de los Emiratos Árabes.
Filipinas se rige por unas normas muy estrictas que regulan la importación de vehículos usados. Tanto es así, que se han destruido no pocos coches por incumplir sus directrices. El año pasado, según publicó la cadena nacional filipina RTVM un total de 855 coches de alta gama fueron destruidos, 14 de ellos públicamente.
Entre ellos se encontraban un Porsche 911 GT3, un BMW Alpina B12 o un BMW Z1. Así, este Ferrari 360 Spider se suma a esta lista de bellezas sobre ruedas aplastadas por una escavadora. Avisamos: el vídeo puede herir la sensibilidad del espectador.
Fotos: KJ Rosales / Philippine Star