Comprar un coche es una tarea compleja que, si la afrontáramos de modo racional, partiría de un principio básico: la elaboración de una lista de necesidades y la comparación sistemática con lo que nos ofrece cada vehículo que está en el mercado, y luego sería cuestión de ajustar ese combinado tan racional a otro elemento aún más racional: el presupuesto de nuestro bolsillo.
Vale, pero a la hora de comprar un coche somos muchos los que arrugamos el papel de la racionalidad y lo tiramos a la papelera, de manera que nos entregamos a la pasión cuando elegimos coche. Y a veces esas pasiones se convierten en el humo que nos ciega los ojos.
Realismo, señores, realismo. Que la pasión no nos ciegue hasta el punto de tener ideas de bombero como le ocurre a los imaginativos protagonistas de este anuncio del Totoya Yaris Sedán.
Vídeo | Flip Films (Vimeo). ¡Un saludo para Biballo!
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