Han pasado unos días desde que el día grande por excelencia en Estados Unidos se celebró el pasado lunes, el 4 de julio. Allí el Día de la Independencia es una jornada de profundo orgullo patrio y sus ciudadanos se lanzan a la calle a divertirse y disfrutar de las barbacoas. Hasta aquí todo normal.
Pero claro, hay celebraciones y celebraciones como la de Glacier View (Alaska). Allí, haciendo una nueva muestra de que cualquier cosa con motor y ruedas les vale para divertirse, Dustin JHrncir tuvo la iniciativa de, además de además de cocinar más de (¡ojo!) 220 kilos de cerdo para 550 personas, despeñar sus coches más viejos o desvencijados desde lo alto de una ladera.
¿Objetivo? Ninguno en particular, sólo saciar sus ansias de destrucción gratuita ofreciendo a los dioses de metal y gasolina unos cuantos cacharros convertidos en hierros retorcidos. Un tributo que nació en el año 2005 y que cada vez atrae a más gente y se lanzan más coches, cuatro este año.
El récord absoluto lo ha marcado el Nissan Pathfinder de los 90 con una velocidad en el salto de 88 km/h y un señor vuelo de 457 metros en su lanzamiento hacia la gloria en el desguace.
Me encanta ver cómo hasta cuando en el último lanzamiento todo sale mal, las cosas siguen satisfaciendo al personal.