En situaciones extremas toca ser resolutivo, aunque eso signifique quedarte sin coche. Bien pueden dar fe de ello los protagonistas de este vídeo, que se ha hecho viral y que inmortaliza como utilizaron dos pick-ups para tapar un dique destruido.
Las damnificadas han sido una Chevrolet Silverado y una Ford F-150, ambas convertidas en parche improvisado para salvar un huerto de pistachos. Por supuesto ha ocurrido en Norteamérica, dónde si no.
Bajar al barro, definición gráfica
California está sufriendo uno de los inviernos más pasados por agua de su historia y las tormentas de esta semana están siendo un verdadero quebradero de cabeza para los agricultores de la zona, con ríos desbordándose y asolando sin piedad los cultivos.
A lo que se añade que muchas de las vías fluviales de la zona no están preparadas para acoger semejante cantidad de agua, así que las brechas en los débiles diques están siendo el pan de cada día en varias zonas de este estado. Y las pérdidas provocadas por las inundaciones, millonarias, según detalla San Francisco Chronicle.
A grandes males, grandes remedios. Precisamente uno de esos diques reventados es el escenario de este vídeo, grabado el pasado martes. En él vemos como, tras llenar la caja de la pobre Chevrolet Silverado con kilos y kilos de tierra, la precipitan en marcha hacia un gigantesco boquete para contener el agua. Brecha en la que ya estaba esperando una Ford F-150, también hasta arriba de tierra para aumentar su peso lo máximo posible.
"¡Nunca antes había visto este tipo de medida de control de inundaciones!" comenta en el tuit Cannon Michael, cuyo vídeo ha cosechado 1,6 millones de reproducciones. Y el caso es que la jugada les salió bien, pues lograron detener el avance del agua y reparar posteriormente el dique, como muestra en otro tuit publicado más tarde este agricultor que inmortalizó el surrealista capítulo.
Y al parecer, tanto la Silverado como la F-150 están sepultadas debajo de todo ese montón de tierra, que recuperarán cuando bajen las aguas. Ya veremos en qué estado y si siguen siendo funcionales tras su heroica labor.
"No es lo que yo haría", comenta Michael a este medio californiano. Aunque no le extraña tampoco que estos compañeros optaran por esta drástica solución, pues están desesperados por salvar sus cultivos. Se entiende que arruinar sus monturas les salía a cuenta para salvar la plantación.