Rodar en circuito es uno de los mayores placeres para los aficionados al motor. Largas jornadas dando cera a nuestros coches para disfrutar haciendo todo lo que no podemos hacer en carretera abierta. Aunque no por estar en un circuito deja de haber imprevistos.
Al conductor de este coche (parece un V8 americano, un Chevrolet Camaro) que estaba rodando en el circuito de Sebring le pasa una de las peores cosas que te pueden ocurrir: ir a toda pastilla por una de las rectas y cuando llega el momento de reducir, ¡sorpresa!, no hay frenos. El tipo salva la situación con mucho mérito. Consigue salirse por uno de los viales, controla el coche sobre la hierba, atraviesa una valla, sale a carretera abierta y evita colisionar contra una pick-up mientras reduce la velocidad.
¡Esto sí que es una gymkhana!