Pensar en un deportivo de los años 80 y no acordarse del Ferrari Testarossa es imposible. El modelo italiano es todo un icono de esa época y sus excesos, como demostró la película ‘El lobo de Wallstreet hace unos años’.
Mucho antes, Miami Vice contribuyó a su fama, pero también lo hizo el popular videojuego de carreras de SEGA ‘Out Run’, que permitía conducir a toda velocidad un Ferrari Testarossa Spider en las máquinas de arcade.
Ahora, RM Shoteby’s saca a subasta uno de los poquísimos ejemplares descapotables que se fabricaron del Testarossa. La puja tendrá lugar el próximo sábado 5 de noviembre, pero antes de venderlo, la casa de subastas ha aprovechado esta unidad para llevar el videojuego Out Run a la realidad a través de un video.
La oportunidad de reestrenar un icono de los 80
En RM Shoteby’s lo tenían claro. Un Ferrari Testarossa Spider no se ve cualquier día, ni siquiera ellos que están acostumbrados a trabajar con los mejores coches de la historia. Por eso, había que aprovechar el momento y hacer algo diferente antes de subastar una de las pocas unidades descapotables que existen de este modelo.
El resultado es un vídeo de poco más de un minuto que enamorará a los que vivieron los años 80 en primera persona y tuvieron la oportunidad de disfrutar del videojuego Out Run en las recreativas. También es un regalo para los amantes del Testarossa, que se luce en una carretera cargada de otras joyas, como un Honda NSX.
La unidad utilizada en el vídeo se subastará el día 5 de noviembre y RM Shoteby’s estima que alcanzará un precio de entre 1,4 y 1,8 millones de libras, el equivalente al cambio actual a entre 1,6 y 2,1 millones de euros. Es una cifra muy elevada, pero también se trata de uno de los Testarossa más especiales de las 7.177 unidades que se fabricaron desde 1984.
Y es que Ferrari no produjo en serio ningún Testarossa Spider. Los de Maranello únicamente hicieron una unidad oficial, la de color plata con detalles azules y capota azul fabricada para Gianni Agnelli, el máximo responsable del Grupo Fiat en aquella época.
Ese coche tan especial tenía la particularidad de incorporar una transmisión exclusiva de Valeo que permitía conducir el coche en modo manual, con un cambio de tres marchas y sus tres pedales, o utilizar la transmisión en modo automático. Se hizo así para adaptarse a una lesión en la pierna que Agnelli arrastraba desde hacía tiempo.
Su diseño estaba tan logrado que Ferrari podría haberlo comercializado perfectamente, pero no lo hizo, aunque no faltaron clientes dispuestos a comprarlo. Uno de ellos fue el Sultán de Brunei, que encargó siete unidades de este modelo a Pininfarina. Y como casi todo es posible con dinero, el carrocero italiano convirtió en realidad sus deseos.
Además de las unidades del Sultán de Brunei, Pininfarina fabricó otras pocas unidades del Ferrari Testarossa Spider. La que subasta ahora RM Shoteby’s es una de ellas, concretamente una fabricada en noviembre de 1989 con número de chasis EFG092.
Más de 30 años después de ver la luz, este Testarossa descapotable solo acumula 413 km en su odómetro, aunque este bajísimo kilometraje tiene una explicación. No está matriculado y nunca lo ha estado porque se utilizó durante años como vehículo de exposición.
RM Shoteby’s hace especial hincapié en el hecho de que no tenga ningún registro en tráfico y deja claro que el comprador tendrá que tenerlo en cuenta si desea utilizarlo en la vía pública porque deberá llevar a cabo las gestiones necesarias para matricularlo por primera vez, si es que posible en el lugar donde vayan a utilizarlo.
Desde luego, su estado no tiene nada que envidiar al de un coche nuevo. Y no solo por los pocos kilómetros que ha recorrido, sino por la restauración a la que se ha sometido recientemente.
En el año 2021 pasó por las instalaciones de Pininfarina para que los técnicos de la fábrica de Cambiamo devolvieran la funcionalidad al mecanismo de apertura y cierre de la capota de lona, repintasen por completo el coche y renovaran el interior. La factura ascendió a 94.300 euros.
A finales de ese mismo año, el Testarossa Spider se llevó a Carrozzeria Zanasi, en Maranello, donde se le cambió el embrague, la bomba de combustible y la suspensión. También se desarmó el motor para limpiarlo y cambiar os componentes que estuviesen en mal estado por el paso del tiempo. Todos estos trabajos costaron 83.170 euros.