Conocido es Mansory por sus atrevidas preparaciones que horrorizan a los puristas, pero hay que reconocer que, dentro de lo que cabe, el especialista alemán ha estado más comedido en los últimos tiempos. Lo que tienes ante ti es el Porsche 911 Carbon o, lo que es lo mismo, un Porsche 911 Turbo S tras pasar por las manos del preparador y sometido a una rica dieta en fibra de carbono.
Nada de colores extridentes ni elementos disonantes tal y como nos tiene acostumbrados. Para el Porsche 911 Turbo S, Mansory propone una serie de cambios estéticos que pasan por sustituir varios de los elementos que equipa de serie el deportivo de Stuttgart por otros confeccionados en este recurrente y ligero material. Parece que al especialista le ha entrado envidia de TopCar, que recientemente presentaba en Ginebra una preparación también sobre el Porsche 911 Turbo S abusando de este elemento.
¡Que viva la fibra de carbono!
Mansory presume de ser uno de los pocos preparadores del planeta en tener una selección de 15 diseños de fibra de carbono de fabricación propia. El que utiliza para ilustrar el traje del Porsche 911 Carbon muestra efecto camuflaje, pero no es el único disponible. Tampoco este comedido gris oscuro es la única tonalidad con la que podemos vestir al 911 Turbo S, Mansory asegura que cuenta con una completa gama de colores. Cuidado que a lo mejor tan comedido no está...
Entre los elementos añadidos por Mansory en este Porsche 911 Carbon destaca el capó, aunque también se han sustituido las tomas de aire frontales, laterales y traseras, los marcos de las ópticas delanteras o el difusor de la zaga. Por supuesto, el ligero y resistente material también está presente en el interior, tanto en el volante como en los selectores del cambio. Mansory, propone una extensa combinación entre cuero y carbono para una gran parte de los componentes del habitáculo.
A diferencia de la preparación de TopCar, Mansory no se mete en jardines técnicos: el Porsche 911 Carbon mantiene intacto el motor bóxer de 3.8 litros y 540 CV, que se caracteriza por una arquitectura basada en turbocompresores con turbinas de geometría variable. No obstante, al reducir su peso gracias a la fibra de carbono, es de esperar que mejore ligeramente sus prestaciones: 330 km/h de velocidad máxima y aceleración de 0 a 100 km/h en 2,9 segundos. Sin embargo, Mansory se queda para sí las cifras.