Fabricado allá por 1989, el American Dream es una de las obras automovilísticas creadas por Jay Ohrberg más estrafalarias que uno se puede echar a la cara. Pero, precisamente por eso, es una auténtica leyenda sobre ruedas.
Ganador del Récord Guinnness al coche más largo del mundo, la limusina mide 100 pies de longitud (30,48 metros), y además de contar con decenas de plazas en su interior, incluyendo una cama de agua king size, alberga en la parte trasera una piscina con jacuzzi y hasta un helipuerto sobre la zaga.
La base de tan insólito vehículo es un Cadillac Eldorado de 1976 de color... dorado, precisamente, que se preparó concienzudamente para ser utilizado del modo más espectacular que resultara posible, tal y como refleja esta colección de fotos tomadas durante el laborioso proceso de transformación.
Cuando salió del garaje de Ohrberg, el American Dream pesaba unas 10 toneladas, montaba dos motores V8, incorporaba un total de 26 ruedas y estaba provisto de una articulación central, además de contar con dos puestos de conducción: uno ubicado en la parte delantera y otro situado en la trasera.
La característica que diferencia a esta inmensa limusina de otros largos vehículos de este tipo es que el American Dream concebido por Jay Ohrberg podía conducirse como un vehículo rígido o articulado, dependiendo de las necesidades concretas que se tuvieran. De esta forma se paliaban los evidentes inconvenientes de conducir el coche más largo del mundo.
Una limusina tremendamente exclusiva que acabó comida por el óxido y desguazada por los ladrones
De todas formas, el vehículo nunca recorrió largas distancias mientras estuvo en uso. De hecho, esta gran limusina estaba preparada para ser dividida en dos partes y así ser transportada en sendos remolques hasta el lugar donde pudieran requerirse sus servicios... por un precio de ensueño.
Y es que cuentan que el alquiler del American Dream venía a costar unos 10.000 dólares por día (8.900 euros, hoy) mientras se mantuvo en activo, lo cual no está del todo mal para un supercoche cuyo precio estimado era en su momento de unos 4 millones de dólares, lo que serían 3,56 millones de euros, al cambio actual y sin tener en cuenta ni la inflación ni la especulación ni el interés que podría despertar en 2016 semejante coloso rodante.
A continuación podemos observar el American Dream convertido en pesadilla, en un vídeo de 2012. Al parecer, la empresa que lo tenía arrendado para usos promocionales terminó su contrato, y el vehículo quedó abandonado a su suerte en un almacén de Nueva Jersey. Las imágenes captadas muestran cuantiosos daños en la carrocería, la desaparición de buena parte del frontal del vehículo, un jacuzzi echado a perder... Un asco, en definitiva.
El American Dream fue adquirido en una subasta por el Autoseum - Automotive Teaching Museum (Mineola, Nueva York), que se hizo cargo de su restauración. La idea era ponerlo a punto para mostrarlo de nuevo al mundo. Cuando esté terminado, algún día, pasará a formar parte de la colección del museo, y también estará a disposición de la industria del cine y de la publicidad para televisión.
Es obvio que los trabajos de restauración a los que se enfrenta el Autoseum para salvar al American Dream son variados y muy costosos. Por el momento no se sabe cuándo culminará el proceso ni tampoco en qué estado se encuentran las reparaciones de este impresionante vehículo. Mike Manning, presidente del Autoseum, publicó en 2012 una serie de fotografías que mostraban, entre otras imágenes, los primeros pasos con la limusina.
Han pasado cuatro años desde entonces, y el final del proceso de restauración lo mismo podría tardar semanas que meses que todavía más años en llegar. Quizá sea cuestión de tiempo, pero es casi seguro que el American Dream que diseñó en su día Jay Ohrberg y que ahora lucha por superar el abandono al que se vio abocado volverá a pisar el asfalto. O el suelo del museo del Autoseum.