La gigafactoría de Tesla a las afueras de Berlín está dando tantos dolores de cabeza al fabricante debido a su emplazamiento en un entorno natural que su desarrollo se ha visto afectado en varias ocasiones.
Pero poco a poco los de Palo Alto van ganando recursos interpuestos por organizaciones ecologistas. Así, el tribunal administrativo de Frankfurt ha rechazado una solicitud urgente que quería paralizar pruebas preliminares en algunos talleres de la gigafactoría.
"Cuanta menos burocracia, mejor"
Según ha publicado el diario Automobilewoche, la orden judicial presentada por las asociaciones de conservación de la naturaleza Gruene Liga y NABU buscaban evitar que se probara el correcto funcionamiento de los sistemas en los talleres de pintura, fundición y carrocería, unas acciones que alegan podrían dar lugar a escapes de gases venenosos.
Pero el tribunal ha determinado que no hay evidencias de que estas pruebas iniciales puedan provocar accidentes medioambientales y que "solo se utilizarían pequeñas cantidades de sustancias peligrosas para el medio ambiente".
En este escenario repleto de problemas para tramitar los permisos necesarios para la apertura del gigafactoría, Elon Musk ha adelantado que la producción de coches eléctricos podría comenzar a finales de este mismo año.
La inauguración estaba prevista para julio de 2021.
Elon Musk today in Berlin, Germany, he is advocating for some kind of active process for the removal of accumulated rules.
— Tesla Owners of Austin (@AustinTeslaClub) May 17, 2021
“The less bureaucracy the better“
- @elonmusk
pic.twitter.com/cs3TtlRDec
En su última visita a la fábrica durante el mes de mayo, el fundador de Tesla ha criticado los retrasos que ha sufrido el emplazamiento, asegurando que "cuanta menos burocracia, mejor".
Esta esperada gigafactoría, -la cuarta de Tesla y ubicada en Grünheide- tiene como objetivo producir medio millón de coches eléctricos al año, incluidos el Model 3 y el Model Y.
No obstante, aún no cuenta con el permiso final para su apertura, y es muy probable que los grupos de presión ecologistas apelen el último fallo del tribunal alemán.
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