Solo han pasado dos meses desde que Tesla anunciara que empezaba a aceptar el bitcoin como moneda para comprar sus coches, eso sí, estableciendo condiciones para evitar que se pudiera especular con sus vehículos eléctricos.
Pero ha durado poco. Ha sido el propio Elon Musk el que ha anunciado a través de tu Twitter que se ha suspendido el pago con la criptomoneda. Al menos no hasta que minarla y comerciar con ella resulte menos contaminante. Y como era de esperar, el bitcoin se ha desplomado.
El Dogecoin resurge como alternativa
"Estamos preocupados sobre el rápido incremento del uso de combustibles fósiles para el minado y transacción del bitcoin, especialmente el carbón, que produce más emisiones que ningún otro combustible", ha dicho Tesla en un comunicado.
Así que, además de paralizar los pagos con esta criptomoneda, el fabricante californiano ha asegurado que tampoco comerciará con ella. Y eso que tiene al menos 1.500 millones de dólares en bitcoin.
En este giro de los acontecimientos, Tesla espera poder retomar las transacciones en cuanto la minería de bitcoin use energías renovables, y está buscando "otras criptomonedas que usen menos del 1 % de la energía que requiere las transacciones con bitcoin".
Como era de esperar, minutos después de anunciarse, el valor de la divisa ha caído más de un 10 %, pasando de los casi 53.000 dólares a los 47.700 dólares. Ahora empieza a recuperar fuelle:
Hace unos días Musk lanzó un globo sonda a través de Twitter para conocer el grado de aceptación del Dogecoin (que al parecer es bueno entre los usuarios de la red social), tras decir días atrás en un programa cómico de televisión que es un timo.
Puede que la moneda que nació de un meme tenga un futuro en el modelo de negocio de Tesla. O sea otro comentario que desestabilizará el mercado de criptodivisas.
La huella real de una moneda que no existe
Lo cierto es que minar criptomonedas requiere una gran cantidad de electricidad, cuya producción se ha disparado con las llamadas granjas de minería, y con los equipos de gran potencia que se precisan si se desea ser competitivo (la minería de criptomonedas es una carrera contra reloj).
Según publica Euronews, la incesante subida del valor del bitcoin "podría llevar a la red a consumir tanta energía como todos los centros de datos del mundo, con una huella de carbono comparable a la de Londres", explica el economista Alex de Vries.
También Bill Gates se ha posicionado y aseguró en The New York Times que el bitcoin "no es bueno para el clima" debido a que "consume más electricidad por transacción que cualquier otro método de pago".
Y según un estudio de la Universidad Técnica de Munich y del Instituto Tecnológico de Massachusetts, el uso de bitcoins genera unas emisiones de CO2 equivalentes a las de la ciudad de Las Vegas, y su minería representa el 0,2 % del consumo mundial de electricidad.
No obstante, cada vez es mayor el número de mineros que utilizan fuentes de energía renovables como parte de su combinación energética, como la energía hidroeléctrica, la eólica y la solar.
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