Desde que llegara la versión 'Full Self-Driving' (FSD), la última versión del Autopilot de Tesla y aún en versión beta, los usuarios que ya disponen de él a menudo han puesto a prueba sus capacidades o denunciado fallos a la hora de detectar señales u obstáculos. El último capítulo lo escribe un propietario que muestra como en plena vía rápida ha confundido la luna con un semáforo en ámbar.
Y es que en su última versión, este sistema de conducción semiautónoma es capaz de detectar semáforos o señales de STOP, pero no siempre acierta como ha demostrado este vídeo que se ha hecho viral.
El problema es que ante un semáforo el sistema reduce automáticamente la velocidad, con el peligro que eso puede conllevar y más cuando se circula a velocidades elevadas.
No es un semáforo: es la luna y el sol
"Oye Elon Musk, probablemente tu equipo debería ver como la luna engaña al Autopilot. El coche piensa que es un semáforo en ambas y quería seguir reduciendo la velocidad", comenta este propietario en un tweet que acompaña con un vídeo en el que, efectivamente, se ve como el coche detecta un semáforo cuando lo único que tiene delante es una luna amarilla en el horizonte.
Así, se aprecia como intenta bajar la velocidad (apenas una o dos millas por hora), por lo que se entiende que el propio conductor está operando sobre el coche para que no baje más de lo debido.
Lo cierto es que para que el Autopilot confunda luna por semáforo, ésta tiene que ser amarilla o naranja como ocurre en el vídeo, lo que se puede dar cuando está naciendo o poniéndose en el horizonte o si la polución es elevada. No es habitual, pero tampoco imposible.
No obstante, no solo el satélite terrestre ha engañado al sistema, también lo ha hecho el sol. Otro usuario respondía a este tuit mostrando como su Tesla detectaba un semáforo cuando en realidad era el sol naciendo lo que tenía delante.
Esta tecnología de Tesla utiliza tanto cámaras como sensores, en combinación con un hardware que procesa hasta 2.300 fotogramas por segundo, para detectar señales y obstáculos. Y desde esta primavera, los nuevos modelos directamente ya solo se valen de las cámaras para ello, lo que ha hecho que pierdan calificación de seguridad por el camino.
Es decir, que este sistema no toma adicionalmente información por ejemplo de mapeado o señal GPS como ocurre por ejemplo en Google Maps (que ya muestra los semáforos) o en el sistema semiautónomo de Audi, que también se basa en tecnología V2I (conexión entre infraestructura y vehículo) además de en las cámaras y radares.
Así, se puede dar el caso que los "sentidos" del coche confundan lo que tienen delante, como ha ocurrido en estos dos casos aislados. También ha tenido en ocasiones problemas señales de Stop: este usuario muestra como su coche se para en plena carretera ante una señal inexistente.
Asimismo se hizo viral el caso de coches Tesla confundiendo el logo de un de restaurante de Burger King con esta señal y que la cadena de comida rápida aprovechó con una estupenda estrategia de márketing.
Sea como fuere, ya sea con sensores, cámaras o tecnología GPS y V2I, los sistemas de detección de señales no son infalibles en otras marcas de coches, no solo en el caso de Tesla. Queda mucho por recorrer con estas tecnologías que aún están en los albores de su desarrollo.
Una tecnología que cuesta 7.500 euros
El FSD sigue mejorando mientras los usuarios ya lo pueden equipar en sus coches eléctricos. La FSD Beta 9 se lanzó hace unas semanas, aunque solo para unos pocos usuarios, y Tesla ya ha anunciado que lanzará una nueva actualización sobre el mismo.
Por otro lado, la propia marca advierte en el configurador que el FSD no siempre detecta bien las señales, precisamente porque aún se mejorando. Por ello, para curarse en salud, señala que "las funciones actualmente habilitadas requieren la supervisión activa del conductor y no hacen que el vehículo sea autónomo".
La estrategia de utilizar a los clientes como beta-testers lanzando al mercado tecnologías que no están completamente desarrolladas no siempre le está saliendo bien a Tesla, sirva de ejemplo las denuncias que recibió el nuevo Smart Summon y que acabó con algún que otro susto.
En caso de España el FSD cuesta 7.500 euros en comparación al Autopilot menos avanzado que supone un extra de 3.800 euros. En Norteamérica se ofrece por 10.000 dólares, aunque recientemente se ha dado la opción de equiparlo por suscripción, que supone 99 dólares al mes.
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