General Motors anunció el martes que se retirará del negocio de los robotaxis y dejará de financiar su unidad de vehículos autónomos Cruise. Sus trabajadores lo descubrieron al mismo tiempo que los medios de comunicación, vía un muy impersonal comunicado de prensa.
Marc Whitten, CEO de Cruise, hizo saber el pasado martes a su equipo que todo su trabajo había sido en vano enviado un link vía Slack (la app de mensajería interna usada por la empresa), el cual remitía a la nota de prensa. No sé si habrá manera más impersonal de decirle a tus trabajadores que se acabó.
De start-up de referencia a estar prohibida
A principios de esta semana, publicó un mensaje en el canal de anuncios de la empresa con un enlace a un comunicado de prensa titulado “GM reorientará el desarrollo de la conducción autónoma hacia los vehículos privados”. Cada trabajador de Cruise tuvo que sacar sus propias conclusiones. ¿Se quedan en GM? ¿Serán despedidos? Quién sabe.
A priori, no todos los equipos de Cruise serán despididos, pues el fabricante de Detroit se centrará en el desarrollo de sistemas de conducción autónoma para vehículos privados, como el sistema Super Cruise de los Cadillac, Chevrolet y GMC, que permite retirar las manos del volante, pero no los ojos de la carretera. Es un sistema similar en su concepto al Blue Cruise de Ford que pudimos probar en Europa.
En todo caso, Mary Barra dijo que aún no sabía cuántos puestos de trabajo en Cruise podrían verse afectados por la decisión. El año pasado, Cruise despidió a 900 empleados de una plantilla de 3.800 en aquel momento.
Este anuncio llega en un momento de gran expectación en el sector del robotaxi. Tesla está desarrollando su robotaxi, bautizado Cybercab, y su objetivo es lanzarlo en 2026. Volkswagen también prevé lanzar su servicio de robotaxi en Estados Unidos en 2026.
Mientras tanto, Waymo (empresa controlada por Alphabet, matriz de Google) está cosechando un gran éxito con sus coches autónomos. En San Francisco, Los Ángeles y Phoenix, realiza 150.000 trayectos a la semana, y debería estar disponible pronto en otras ciudades estadounidenses.
“Hay que entender el coste de operar una flota de robotaxis, que no es nuestro negocio principal y es muy caro”, explicó la CEO de GM, Mary Barra, en una conferencia con analistas. Su empresa ha gastado más de 10.000 millones de dólares en intentar desplegar los robotaxis de Cruise. En 2023, las pérdidas de su filial ascendían a 3.480 millones de dólares.
Hace dos años, la start-up era considerada uno de los líderes del sector. En agosto de 2023, Cruise recibió incluso autorización de las autoridades californianas para operar sus vehículos siete días a la semana, 24 horas al día, en todos los distritos de San Francisco.
Sin embargo, se multiplicaron los incidentes de tráfico, con coches que bloqueaban a bomberos y ambulancias. Pero un terrible accidente, y el intento de sus directivos de ocultar el problema, llevó a las autoridades a suspender las operaciones de Cruise.
Un robotaxi de Cruise atropelló a una mujer, antes de ser arrastrada varios metros por el coche antes de aparcar junto a una acera. Sus directivos mintieron entonces a las autoridades californianas. Multada con 1,5 millones de dólares, GM despidió a todo el equipo directivo antes de contratar a nuevos directores. Desde entonces no ha levantado cabeza, a pesar de haber podido volver a operar desde este verano.