Puede parecer una broma pero no lo es. El estado de Michigan, en Estados Unidos, es una de las zonas del país donde la venta directa de automóviles por parte del fabricante Tesla no está permitida. Básicamente, la compañía de Elon Musk no puede tener tiendas de venta al público y, por tanto, los clientes de Michigan han de viajar a otro estado para adquirir su eléctrico Tesla.
Si de primeras no tiene demasiado sentido que el gobernador aprobara hace un par de años una medida para prohibir la venta directa de Tesla en Michigan, después de saber que el propio estado tiene acciones del fabricante al que pone palos en las ruedas, el asunto se vuelve completamente estúpido. Que alguien se lo explique a estos señores de Michigan...
El caso es que Michigan tiene 72 millones de dólares en acciones de Tesla para su fondo de pensiones estatal -triplicó el número de acciones el pasado mes de junio- y, aunque supone únicamente un 0,12% del total del fondo, es una auténtica ironía que no permita a Tesla vender coches en su territorio.
Sin concesionarios y distribuidores, no hay ventas
La medida que prohibe a Tesla comercializar directamente sus vehículos llegaba hace un par de años durante la llamada guerra de dealers en la que el gobernador de Michigan, Rick Snyder, modificaba la ley para obligar a todos los fabricantes de automóviles a valerse de una red de distribución y concesionarios. Y como Tesla es a la vez fabricante y vendedor, la ley le prohibe vender.
Esta medida, que no es exclusiva de Michigan puesto que muchos otros estados también pusieron trabas a Tesla (en Arizona, Texas o Nueva Jersey tampoco puede vender coches), no llegó sin polémica, ya que algunos acusaron a los concesionarios y distribuidores de automóviles convencionales de presionar y manipular al gobierno para forzar a Tesla fuera de su estado.
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