Elon Musk tiene la cabeza llena de planes para sus empresas. Desde robotaxis pasando por robots humanoides e inteligencia artificial hasta nuevos cohetes. De Tesla a Space X pasando por Twitter, (sí, sí Twitter, luego rebautizada como "X"), todas las empresas actuales de Elon Musk están destinadas potencialmente a servir el propósito de salvar la humanidad colonizando Marte.
Tesla Robotaxi, Cybertruck, Space X y Marte: Elon Musk quiere su ‘Total Recall’ particular
La obsesión de Elon Musk por Marte le viene desde que tenía 10 años, cuando leyó la novela de Isaac Asimov, ‘Fundación”, de 1951. En la obra de ficción, el protagonista construye una colonia a través de una galaxia para salvar a la humanidad de la caída de un imperio interestelar.
"Encuentran un planeta lejos del centro galáctico e intentan preservar allí el conocimiento y la civilización humana mientras el centro de la galaxia se desmorona", dijo Musk en una entrevista de 2013 para un vídeo científico.
Mientras Twitter, ahora X, está peor que antes de su compra y en Tesla han retrasado la presentación del Robotaxi, salen a la luz los planes del magnate sudafricano para la colonización de Marte.
Según fuentes del New York Times, Musk ha dado instrucciones a los empleados de SpaceX para que estudien el diseño y los detalles de una ciudad marciana. Un equipo está elaborando planes para pequeños hábitats en forma de cúpula, por ejemplo.
Hay incluso un equipo médico que está investigando si los seres humanos pueden tener hijos allí. El Sr. Musk ha ofrecido voluntariamente su semen para ayudar a sembrar una colonia, dijeron al New York Times dos personas familiarizadas con sus comentarios.
Elon Musk lo ha desmentido todo. Desde las ciudades en Marte hasta el ofrecimiento de su semen. Y añadió que se deberían centrar primero en llegar a Marte antes de pensar en cómo hacer habitable el planeta rojo. Y sin embargo, Elon Musk ha vuelto a hacer gala de un optimismo sin fallos en los tiempos que maneja para llegar a Marte, dejando entredicho su desmentido.
Inicialmente, en 2016 dijo que se tardaría entre 40 y 100 años en tener una civilización autosuficiente en el planeta. Musk dijo a los empleados de SpaceX en abril que ahora espera que un millón de personas vivan allí en unos 20 años. Ahí es nada. Dubai ha tardado más en pasar de pueblo pesquero olvidado a paraíso fiscal e inmobiliario contando con la ayuda casi infinita del dinero de los hidrocarburos, esencialmente del gas.
Aun así, todo lo que hace Musk está, en el fondo, orientado a facilitar la colonización de Marte. La Boring Company y su reinvención del metro en Las Vegas que nadie había pedido, por ejemplo, se habría puesto en marcha en parte para preparar equipos para excavar bajo la superficie de Marte, explican desde el diario neoyorquino.
Musk ha contado que compró X, la plataforma de redes sociales, en parte para probar cómo podría funcionar en Marte un gobierno dirigido por ciudadanos para que gobernaran el planeta por consenso. No contento con reinventar el metro, la rueda o el coche, también quiere reinventar la democracia. Habida cuenta de las discusiones que se forman en X, el consenso parece que será el control de masas.
También ha dicho que prevé que los habitantes del planeta conduzcan una versión adaptada de los Cybertrucks con paneles de acero fabricados por Tesla, su empresa de vehículos eléctricos. Y por supuesto Space X. Fundada, tras haber intentado comprar cohetes y tecnología espacial rusa sin éxito, su propósito final es llevarnos a Marte.
Evidentemente, colonizar un planeta inhabitable y que los primeros colonos puedan ser autosuficientes no se podrá lograr en 20 años. Seamos realistas. La NASA considera que no se podrá aterrizar por primera vez en Marte antes de 2040, al menos. De ahí a "Ocupar Marte", hay un trecho. Que Elon Musk salva con gusto asegurando que la humanidad estará a salvo en Marte en tan sólo 30 años.
Para algunos de sus colaboradores, esos planes grandilocuentes son la expresión de querer superar a Jeff Bezos y sus viajes espaciales, mientras que para otros esos plazos de tiempo tan cortos no son más que una excusa para que la gente trabaje más y más duro. Otros, por otra parte, se refieren a los planos de colonización como un "paquete publicitario", crear titulares a modo de publicidad orgánica, gratis.
Por otra parte, es difícil tomarse en serio los planes y los tiempos de Elon Musk cuando tiene un historial de retrasos en sus compañías abrumador. El Hyperloop, que prometía viajes de 700 km en media hora, se ha quedado en nada, siendo uno de sus peores fracasos.
En Tesla, los retrasos en los lanzamientos de los productos son casi habituales. En ocasiones acumulan tantos retrasos que marcas rivales terminan por adelantarle por la derecha, siendo quizá la más simbólica el hecho de que Mercedes venda un coche de conducción autónoma de nivel 3 en Estados Unidos.
Y es que desde Tesla, se proclama su sistema Autopilot FSD como el mejor sistema de conducción autónoma, cuando no deja de ser un sistema de nivel 2, deficiente según la justicia estadounidense, por no hablar de que Cruise y Waymo que ya operan robotaxis.
En cuanto al esperado Cybertruck, llegó cinco años tarde, más caro de lo prometido y con menos prestaciones de las que alardeaba Musk en su presentación, en 2019. Un camino que, probablemente, seguirá el Roadster. Presentado hace ya siete años, y por el que miles de clientes pagaron 250.000 dólares, no tiene vistas de llegar al mercado a medio plazo. Eso sí, Musk no dudó en tuitear que equipará cohetes de Space X para efectuar un 0 a 100 km/h en menos de un segundo.
Y recientemente, Elon Musk ha vuelta a retrasar el lanzamiento de uno de sus productos anunciado con bombo y platillo. El prototipo de robotaxi de Tesla no será desvelado el 8 de agosto, como previsto inicialmente sino dentro de dos meses.
Aunque es probable que no veamos con nuestros ojos la colonización de Marte, si es que llega algún día, no se le puede negar cierto éxito en el camino Elon Musk. Con SpaceX y su nave Starship, que ya ha efectuado vuelos experimentales en colaboración con la NASA, Elon Musk ha reanudado la conquista espacial, que la NASA daba por muerta por una falta crónica de fondos e interés político.