Es en lo que trabaja BMW; aplicar las ventajas de la nanotecnología a los automóviles. Muy pronto podríamos tener coches que no se ensuncian (qué gozada), que no se rayan, que recargan la batería cuando están aparcados, o que regulan la luz del parabrisas y los retrovisores hasta en un 80%.
Consistiría en emplear nanopinturas, hechas a base de mezclas moleculares de laboratorio, que rechazarían la suciedad y el agua y que se comportarían como células solares, atrayendo energía que traspasarían a la batería.
Y además de limpieza, seguridad. Buscan crear sensores nanotecnológicos que analicen el asfalto con pequeños láser denominados “quantum points” detectando las peligrosas placas de hielo.
Vía | tendencias tecnológicas