Un acuerdo de dimensiones muy a tener en cuenta podría salvar a Uber de los reveses que está sufriendo últimamente. La firma de San Francisco planea comprar hasta 24.000 unidades autónomas del Volvo XC90 entre 2019 y el 2021, tal y como ha desvelado Volvo en un comunicado.
El acuerdo, no exclusivo, mejora la asociación estratégica entre Volvo Cars, propiedad de Geely, y Uber anunciada en agosto de 2016 y también marca un nuevo capítulo en la convergencia de los fabricantes de automóviles y las compañías de tecnología ubicadas en Silicon Valley. Volvo quiere convertirse en proveedor mundial de servicios de viajes compartidos y Uber poner a funcionar su flota de taxis sin conductor lo antes posible.
La primera flota comercial y autónoma de Uber
Los ingenieros de Volvo Cars han trabajado estrechamente con ingenieros de Uber para desarrollar los SUV XC90 que se suministrarán a Uber; los vehículos base incorporan todas las tecnologías necesarias de seguridad y conducción autónoma para que Uber pueda incorporar su propia tecnología.
Los vehículos base se desarrollan en la arquitectura de productos escalables (SPA) completamente modulada y desarrollada internamente por Volvo. SPA es una de las arquitecturas de automóviles más avanzadas del mundo y actualmente se utiliza en los coches de la serie 90 de la gama más alta de Volvo, así como en el nuevo SUV de tamaño mediano XC60. A su vez, el sistema de conducción autónoma que se utilizará en estas unidades, y que aún no se han construido, está siendo desarrollado por el Grupo de Tecnologías Avanzadas de Uber.
Los vehículos estarán, previsiblemente, disponibles a través de la aplicación Uber para recoger pasajeros sin conductor, y dejarían de pertenecer a los conductores autónomos que trabajan para la compañía ya que serán propiedad de Uber.
Volvo quiere dejar claro que se trata de un acuerdo no exclusivo: es el primer paso para la fabricación en masa de vehículos autónomos a escala. Tal y como ha comunicado el presidente y director ejecutivo de la compañía automotriz, Håkan Samuelsson, el objetivo pasa por convertirse en el proveedor de referencia de las empresas de viajes compartidos a nivel mundial.
Esto podría suponer un importante empuje para la multinacional Uber, que sigue sufriendo una inexorable fuga de cerebros, demandas sobre secretos comerciales y demandas de "trabajadores" en varios países, el último Reino Unido.
La plataforma de viajes compartidos ha estado probando automóviles prototipo Volvo durante más de un año, con controladores de seguridad en el asiento delantero para intervenir si falla el sistema de conducción automática en ciudades y Estados como Tempe, Pittsburgh y Arizona, donde tuvo que retirar su flota de coches autónomos hace unos meses tras ser expulsados previamente de San Francisco.
Y recordemos que hay competencia: Ford se ha asociado recientemente con Lyfton su aplicación móvil, aunque de momento pondrán al volante a conductores humanos y no a máquinas.