El invento se trata de un nuevo cristal recubierto de nanopartículas, que hacen que el vaho que empeña empaña los cristales, se elimine por capilaridad. Esto se consigue porque el cristal es rugoso mirado a través del microscopio, aunque para el ojo humano sea completamente liso.
Se acabaron los lamparones por intentar eliminarlo con los kleenex.
Vía | xataka
Más información | sciencentral (en inglés)