Tener que navegar por infinitos menús en la pantalla para seleccionar un modo de conducción, no encontrar la manera de desactivar una función incómoda (hola, Asistente de Velocidad Inteligente), echar de menos un mando físico que tenía tu otro coche o cuestionarte por qué se ha decidido diseñar un selector de cambio tan incómodo.
Las marcas de coches no siempre aciertan cuando se trata de combinar diseño y funcionalidad, pero esas preguntas e inquietudes del conductor no suelen llegar al fabricante. Al menos no inmediatamente. Ford lo quiere solucionar con un sistema que acaba de patentar: que el conductor se queje o sugiera una mejora en tiempo real, desde el coche, y llegue directamente a los ingenieros y responsables de calidad.
"Una mejor manera de conectar con nuestros clientes"
Esta patente recién registrada, desarrollada por ingenieros y responsables de calidad de Ford y bautizada como 'In vehicle voice feedback', permite trasladar los comentarios desde el sistema multimedia del coche. Y lo que es más importante: llegará directamente a la marca para detectar posibles fallos de diseño en sus modelos.
Según se recoge en el documento, los comentarios que grabe el propietario pasarán por una 'red de comunicación' y se almacenarán en la nube, ya sea como nota de voz o como transcripción de texto. Allí, mediante algoritmos se clasificarán y organizarán para que los ingenieros los revisen.
Además, en el momento en el que el conductor registra su queja, el sistema hace una instantánea de los datos del coche, lo que puede ayudar a identificar más rápidamente un posible problema o defecto.
En realidad este sistema no es nuevo: Ford ya ha incluido algo muy similar modelos como el Ford Mustang Mach-E o la pick-up eléctrica F-150 Lightning. Una función para "dar con mejores maneras de conectar con nuestros clientes", señala en esta entrevista Jason Griffin, supervisor de calidad de unidades de potencia en Ford. Es uno de los padres de este avanzado sistema de feedback.
Hace justo eso: el conductor puede registrar una grabación de 45 segundos quejándose de algo o aportando una sugerencia, a la par que hace una "foto" de los datos del coche en ese preciso momento. Pero ahora Ford ha optado por patentarlo, se entiende que con la idea de incluirlo estandarizarlo. O al menos allanar el camino a esa posibilidad.
Mejorar sus coches y curarse en salud. "Antes teníamos datos de encuestas, realizadas por correo electrónico o físicas, que se realizaba a los meses o incluso años de tener el coche. Pero no teníamos la posibilidad de tener estos datos del vehículo conectado. Realmente nos permite identificar problemas y encontrar soluciones mucho más rápido que antes", explica Griffin.
Así, el objetivo de este sistema es ayudar a los ingenieros a comprender mejor los problemas que se encuentran los clientes en el uso diario del coche. Y, sobre todo, cambiarlos o mejorarlos de forma preventiva.
Aunque no solo a largo plazo o para futuras actualizaciones o lanzamientos, también sería útil para identificar problemas de calidad o fallos en los propios coches. Y que Ford los resuelva antes de que deriven en una llamada a revisión o una investigación de los organismos de seguridad, como la NHTSA en EEUU.
En los documentos también se refleja que estos comentarios de los clientes también podrían ir dirigidos a optimizar la comunicación con los concesionarios y mejorar el hacer de los vendedores a la hora de informar o enseñar a manejar una función determinada. O incluso a emitir reservas para el servicio técnico, directamente y con información detallada de un problema.
No obstante, el feedback que reciban los clientes también debería ser fundamental. Por ejemplo en la patente se muestra una respuesta vía mail, en la que se indica al conductor que quizá el vendedor "no le ha mostrado activar las funciones de su nuevo coche". Y le remiten a una suerte de guía virtual, que puede ser tan incomoda como que un bot resuelva sus problemas.
En todo caso no deja de ser interesante que podamos quejarnos directamente a la marca justo cuando estamos sufriendo una función particularmente incómoda y poco intuitiva. O bien justo lo contrario: lo mucho que nos gusta el hacer de un sistema o el diseño de un mando para que no acabe desapareciendo.