Tras obtener su aprobación en Nevada, Mercedes-Benz acaba de anunciar que su sistema Drive Pilot de conducción automatizada de Nivel 3 SAE, ya está certificado para usarse en California.
Así, la marca alemana se convierte en la primera autorizada para introducir un sistema de este tipo en un coche de producción en las autopistas públicas del estado más poblado de los EEUU.
Por el momento, el Drive Pilot estará disponible en el mercado estadounidense como opción para los nuevos Mercedes‑Benz S-Class y EQS que empezarán a entregarse a los clientes a finales de 2023, según la marca.
El Drive Pilot y su desembarco en EEUU
El sistema Drive Pilot de Mercedes-Benz obtuvo la aprobación reglamentaria en diciembre de 2021 para operar en más de 13.000 km de la red de autopistas de Alemania, adelantándose así a Tesla en uno de los mercados automovilísticos más competitivos del mundo.
Ahora, con su desembarco en EEUU la marca alemana vuelve a dar un paso adelante en la carrera por ofrecer mayores niveles de automatización.
En 2020, cuando Mercedes-Benz desveló su nuevo Clase S, ya aseguró que sería oficialmente el primer coche del mercado en Europa en equipar un Nivel 3 de conducción autónoma de los cinco niveles que existen según la certificación SAE. Ahora, también es el primero en EEUU, pues recordemos que el Autopilot de Tesla está certificado como Nivel 2.
Al igual que sucede en Europa, por normativa, en EEUU se limita la velocidad operativa de los coches equipados con sistemas de Nivel 3 a una velocidad máxima de 60 km/h y en determinados tramos de autopista “con elevada densidad de tráfico”. Así, el sistema será especialmente útil, por ejemplo, en situaciones de atascos o de tráfico lento.
Hemos de recordar que, el Drive Pilot incluye un verdadero arsenal tecnológico y, entre otros, funciona gracias a múltiples sensores LiDAR, ultrasónicos, cámaras en la luneta delantera y en la trasera, radares de distinto alcance, micrófonos (para detectar señales acústicas de vehículos de emergencia) e incluso sensores de humedad en el hueco de las ruedas.
Con este sistema de Nivel 3 de conducción autónoma o “automatización condicionada” según la SAE, el sistema además de asumir las labores básicas del manejo del vehículo, puede monitorizar el entorno para saber cómo responder ante ciertos imprevistos así como mantener una distancia preseleccionada respecto al vehículo que le precede, al tiempo que mantiene otras operaciones estándar como el mantenimiento del carril y la dirección activa.
Así, ‘como si fuera capaz de pensar por sí mismo’, podrá tomar decisiones como cambiarse de carril, frenar para evitar colisionar con otro vehículo que cruce nuestra trayectoria, aparcar, etc. Eso sí: el conductor sigue siendo un elemento necesario porque el coche puede requerir de su intervención en cualquier momento.
Mercedes-Benz marca así otro punto a su favor en la carrera por la conducción autónoma pues, respecto al que podría ser su principal competidor, el sistema AutoPilot de Tesla, por el momento sigue siendo un sistema de Nivel 2 (más una especie de control de crucero activo muy avanzado con mantenimiento de carril). Lo mismo sucede con el BlueCruise de Ford, actualmente en expansión en EE.UU.
De cara a un futuro muy próximo, ya estamos viendo tecnologías muy parecidas en otros vehículos eléctricos, como el Volvo EX90, el nuevo buque insignia de la marca sueca.