Ford ha desvelado en el SEMA Show, que se celebra estos días en Las Vegas, un Ford Mustang eléctrico y con caja de cambios manual. El Ford Mustang Lithium, en referencia a sus baterías de iones de litio, sorprende tanto por sus 900 CV como por su caja de cambios manual.
Ya es raro que un coche eléctrico lleve una caja de cambios, pero si además es un cambio manual, algo no cuadra. Y sin embargo, el Mustang Lithium no es el primer coche eléctrico en equipar un cambio manual.
La mayoría de los coches eléctricos carecen de caja de cambios. El Porsche Taycan es uno de los pocos que lleva un cambio, de dos marchas en su caso. Obviamente, no es el único. Los Renault de Formula E de la temporada 2016, al igual que el resto de competidores, equipaban una caja de cambios de dos relaciones.
En el caso de Renault, llamó la atención porque en lugar de usar levas en el volante (lo que implica un sistema hidráulico), en Renault optaron por un clásico pomo que accionaba las marchas vía un cable. Vamos, como en un cambio manual de toda la vida.
Jason, de Engineering Explained, realizó un vídeo muy didáctico a raíz del Renault de Formula eE explicando que efectivamente era posible equipar un coche eléctrico con un cambio manual de varias marchas y un embrague. Técnicamente, no sería complicado. Otra cosa muy diferente es si tiene sentido hacerlo o no.
Desde un punto de vista técnico y racional tiene muy poco sentido. De entrada, un motor eléctrico no se puede calar, por tanto el embrague es totalmente inútil en un sistema así. Y luego, la gran mayoría de coches eléctricos solo necesitan una sola marcha, por lo que añadir un cambio de 5 o 6 relaciones supondría añadir más peso, una complejidad innecesaria y reducir la eficiencia del motor eléctrico, pues se perdería energía en las fricciones del cambio.
En algunos casos, como en Formula E o el del citado Porsche Taycan, una segunda marcha es necesaria cuando se quieren alcanzar velocidades elevadas. Los coches eléctricos no necesitan cajas de cambios porque con una sola marcha pueden circular en ciudad a punta de acelerador o bien por autopista.
La gestión electrónica suele favorecer las aceleraciones a bajo régimen, mientras que limita la velocidad que se pueda alcanzar en autopistas. La mayoría de los fabricantes ofrecen una velocidad máxima de entre 150 y 200 km/h, según el modelo y la versión. Solo Tesla y Porsche van más allá y limitan sus coches a 260 km/h.
Porsche ha decidido dotar el Taycan de un cambio de 2 relaciones para que el coche pudiese mantener una velocidad de más de 200 km/h en una Autobahn sin que suponga un consumo elevado. La segunda marcha es la que le permite mejorar la eficiencia a velocidades elevadas. Pero de momento, el Taycan es el único eléctrico en el mercado que cuenta con un caja de cambios.
Un coche eléctrico con cambio manual no tiene sentido, pero la pasión ignora la razón
Si no tiene lógica equipar un coche eléctrico con una caja de cambios manual, puede tener sentido a un nivel emocional. Incluso en la actualidad, en los deportivos con motor de combustión un cambio manual no tiene mucho sentido.
Un cambio automático de doble embrague, como el DCT de BMW o el PDK de Porsche, son infinitamente más rápidos y mejoran las aceleraciones que un cambio manual. Y sin embargo, una parte de la clientela sigue prefiriendo un cambio manual a pesar de que no es una opción lógica. ¿Por qué? Por el simple placer de cambiar de marcha, de tener la sensación de estar al mando. En el fondo es como escribir una carta con estilográfica o un boli tipo Pilot en lugar de un email. Es más bonito y requiere una buena letra (o no), pero es tremendamente ineficiente y lento.
Así, si en un eléctrico y ya que quitan el sonido (aunque se pueden sintetizar toda clase de ruidos de motores), una pequeña parte de la clientela puede sentir la necesidad de tener la sensación de cambiar de marchas.
Actualmente, nadie en el mercado se ha atrevido con una caja de cambios manual. Aunque hay un par de ejemplos en los que se usan un pomo o bien las levas en el volante para regular la frenada regenerativa.
En el caso del Ferrari 308 GTS eléctrico de Electric GT se ha conservado el emblemático pomo del cambio y la rejilla. Al conducir se puede variar la intensidad de la frenada regenerativa vía el “cambio”, como si subiésemos o bajásemos las marchas.
Algo similar ha efectuado Mercedes con el EQC 400, donde las levas en el volante no actúan sobre un cambio automático sino que aumentan o reducen la frenada regenerativa. Y si cuando frenamos, aumentamos la frenada regenerativa usando la leva izquierda de bajar marchas, tenemos la sensación de que realmente bajamos de marcha y por tanto aumenta el freno motor.
En Motorpasión | Probamos el Porsche Taycan: el primer coche eléctrico de Porsche es una auténtica bestia que supera las expectativas | Probamos el Tesla Model 3 Performance en circuito. Y sí, un coche eléctrico puede hacer sombra a un BMW M3