Así fue como el Gobierno Hoocle se hizo con el completo control de tu coche

Son las siete de la mañana, y mientras detengo la alarma sonora de mi fina pulsera con un gesto inequivocamente tajante, pienso que hoy me toca pasar examen de circulación. Como cada cinco años, que es cuando lo renuevo en alguna de las sedes físicas de Tráfico. Es mi cuarta renovación. Le digo a la calefacción que empiece a caldear el ambiente en el cuarto de baño, y a la ducha que se vaya preparando, que allá voy.

Mientras la ducha me ayuda a abrir los ojos, pienso que en realidad no me importa demasiado que me graben en vídeo mientras me examino. Al fin y al cabo, ya hace años que el Gobierno Hoocle tiene mi aprobación para que hagan con toda mi vida lo que les plazca, así que ya no me viene de aquí. Además, desde que en el año 2032 se lió todo aquel follón con las bases de datos de la Dirección de Tráfico Europeo, casi prefiero que me entreguen una copia de la prueba gráfica que demuestra cómo es mi conducción, que si no luego lo mismo me aplican una tarifa más alta de lo que me toca si me pillan cometiendo una infracción.

Tampoco es que me parezca muy justo el sistema, porque por un examen físico de 55 minutos y una prueba virtual no se puede deducir cómo va a ser mi conducción durante los próximos cinco años. En ese sentido veo mejor lo de los seguros, que te calculan la póliza en función de lo que les informa el Gran Sensor. Sin duda, para los conductores que saben manejar bien sus coches ese sistema es el más justo. Y los que no, pues... ya verán cómo se lo montan para pagar al Gran Banco.

Lo del Gran Sensor fue un gran invento

El Gobierno Hoocle tuvo que dar marcha atrás en su afán por controlar la circulación de coches autónomos. A cambio, se quedó con el control de la movilidad de las personas. A todos nos pareció un buen trato.

Recuerdo que todo comenzó en el año 2022. Habían pasado sólo dos años desde lo que se conoció como El Gran Año: el de las Emisiones Cero, el de la Visión Cero, el de la Conducción Humana Cero. Finalmente los resultados de aquella cita, cuyo nombre ahora suena a sarcasmo, fueron un completo desastre, y el Gobierno Hoocle tuvo que dar marcha atrás en su afán por controlar la circulación de vehículos autónomos.

A cambio, se quedó con el control de la movilidad de las personas. A todos nos pareció un buen trato. Aquella fue nuestra última cita con las urnas. Ahora, el Gobierno Hoocle tiene el Gran Sensor como fuente de información de todo cuanto sucede en la Unión Global, y nos rige en consecuencia. Son los más capacitados.

Con un gesto firme le digo a la pared de mi habitación que me busque las últimas informaciones que La Red ha trazado sobre el estado de la circulación. Parece que no habrá mucho atasco en la entrada a la sede local de la Dirección de Tráfico Europeo, si atiendo a las previsiones que se elaboran cada 15 minutos con las imágenes que provienen del Gran Sensor. Mejor. Así no me será tan difícil. Aunque la presión de las cámaras siempre va a estar ahí, claro.

Eso fue también un gran avance. El Gran Sensor se encarga de conseguir imágenes de las cámaras de tráfico y de las cámaras de los coches, y compartirlas en tiempo casi real, y luego es el Gobierno Hoocle el que se encarga de realizar previsiones. Y suele acertar. En cada uno de los 325 billones de interacciones que genera a cada segundo en toda la Unión Global suele acertar.

No parece que vaya a ser un examen complicado...

... pero tendré que demostrar que estoy a la altura, que me muevo con seguridad entre conductores muy bien preparados que cada cinco años pasan esa criba gracias a la cual el Gobierno Hoocle se ha apuntado el tanto de la siniestralidad cero, con el Hoocle Zero Accident Program.

Lo de los autónomos no les funcionó: no previeron que junto a las máquinas circulaban personas y que estas se comportaban como se comportan las personas, dentro de un caos ordenado que ni siquiera Hoocle Autonomous Service podía calcular a la velocidad necesaria. Pero eso queda feo decirlo, así que no lo diré, que el Gobierno Hoocle tiene oídos en todas partes.

Lo que sí puedo decir es que la criba de conductores mejoró de forma evidente el panorama de la circulación. Es cierto que de todo el censo de conductores en la Unión Global, que era de 3.500 millones hace unos 25 años, pasamos a ser 1.800 millones. Por fortuna, los que se ganaban la vida gracias a la carretera y fueron condenados por el Gobierno Hoocle a utilizar el Hoocle Way of Transportation Service fueron capaces de recolocarse laboralmente de forma casi inmediata. Todavía recuerdo aquel reportaje que nos explicaba el Nuevo Orden de la Movilidad. No estuvo mal, después de todo: los que conducimos ahora lo hacemos con gusto y sabiendo lo que hacemos.

Al cribar conductores se mejoró de forma evidente el panorama de la circulación.

De todas formas, si me da por recuperar alguno de aquellos escasos documentos antiguos que quedan de la época anterior a la Nueva Era, aquellos que escaparon al Gran Proceso de Regeneración, hay algo que no me acaba de cuadrar. Veamos...

Parece como que el Gobierno Hoocle, en colaboración con el Gran Sensor, se dedicó a regalar, literalmente, lo que entonces se conocían como smartphones, que eran como las pulseras que nos da ahora el Gobierno Hoocle al nacer, pero más aparatosos. Con ellos los conductores e incluso los que caminaban por las calles (debían de ser tiempos extraños, aquellos) podían estar conectados siempre entre sí. Pero por lo que entiendo las personas no eran capaces de comunicarse con estos aparatos mientras conducían de forma segura, y entonces la siniestralidad vial se disparó, por lo que el mismo Gobierno Hoocle tuvo la excusa perfecta para proceder al Gran Proceso de Regeneración. Es una teoría, aunque seguro que es descabellada.

Hoy tenemos mucho que agradecer al Gobierno Hoocle. Gracias a su Hoocle Surveillance Service, que tira de los datos que recopila el Gran Sensor en cada coche y de cada calle, somos conductores seguros. También llegamos antes a los sitios, porque somos menos gente ocupando los Grandes Canales de Transporte. Y además todos los servicios que nos presta son gratuitos.

Le pido un café a la cocina integrada. Espero que nadie repare en mi nivel de cafeína en sangre cuando el Gran Sensor se haga con los datos de mi analítica instantánea. Después de todo, hoy me toca examinarme para renovar el carnet de conducir. Deseadme suerte, que en realidad eso del Hoocle Way of Transportation Service no va conmigo. Eh, pero que no se entere nadie...

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