Innovación

El uso de baterías de iones de sodio antes de llegar a los coches eléctricos sería útil en las estaciones de carga rápida.

La financiación apoyará subvenciones destinadas a construir, renovar o ampliar la fabricación de baterías y componentes de baterías, así como establecer instalaciones de reciclaje de baterías.

La división de General Motors tiene un pormenorizado procedimiento de cara a la policía y servicios de emergencia, donde se les explica cómo interactuar con estos vehículos.

Ahora que Google permite que puedan usarse otros navegadores en Android Auto más allá de Maps y Google, alternativas como esta empezarán a ser cada vez más sólidas para los usuarios.

De momento, sólo está disponible en EEUU.

Un total de 12,85 millones de toneladas de baterías de coches eléctricos llegarán al final de su vida útil entre 2021 y 2030, de acuerdo a Greenpeace.

España no se quiere quedar fuera del ambicioso plan de la UE de 43.000 millones de euros para fabricar sus propios microchips.

TSMC es la sexta compañía más valiosa del mundo con una capitalización de mercado de más de 600.000 millones de dólares y suministra chips a empresas como Apple, Intel y Nvidia.

Nuevos estudios sobre semiconductores como los TMD arrojan algo de luz para lograr placas solares finas, ligeras y eficientes que puedan implementarse en coches eléctricos.

Conocer con exactitud el grado de degradación de la batería de tracción de un coche eléctrico es fundamental para determinar su valor residual, y de paso, evitar sorpresas desagradables.

La versión 7.3 ya ha empezado a llegar de forma escalonada a los primeros usuarios y promete ser más fiable e intuitiva.

Se trata de una boya a la que se amarran las embarcaciones y que suministra energía a las baterías. Esta energía procede de un parque eólico marino.

Se trata de una tecnología escalable y accesible que ya se está probando en Europa y que podría ser la alternativa a las baterías más usadas hasta ahora.

Música, podcast, navegación... estas apps mejoran la experiencia del usuario en el día a día.

Si no se pone remedio, los crackers pueden acceder a información personal de otros usuarios, duplicar sus tarjetas de crédito, manipular la carga e incluso detenerla.