Es muy probable que nunca hayas oído hablar del fabricante neozelandés Rodin Cars, pero también es bastante posible que tras saber los modelos que tiene entre manos esta firma, como un hiperdeportivo que promete batir al Aston Martin Valkyrie, no te olvides de su nombre.
La última creación de la firma de Nueva Zelanda se llama Rodin FZED y es un monoplaza exclusivamente para circuito que anuncia unas prestaciones al nivel de un Fórmula 1 actual. En realidad está basado en el exclusivo y bestial Lotus T125 presentado allá por el año 2011.
Por entonces, Lotus presentó un monoplaza limitado a únicamente 25 unidades, con un precio unitario de 650.000 libras (cerca de 800.000 euros por entonces), si bien no tuvo el éxito esperado.
Hace dos años, Rodin decidió arrancar un proyecto para evolucionar aún más este monoplaza, y actualmente la compañía está construyendo la cinco primeras unidades, por 650.000 dólares americanos, o unos 580.000 euros.
El Lotus T125 en el que se basa este FZED era en realidad un monoplaza muy cercano a un F1, pero la firma neozelandesa ha añadido componentes de diseño propio fabricados mediante impresión 3D, un nuevo escape de titanio, un volante también de titanio o un asiento más ligero de material compuesto.
Corazón V8 Cosworth y menos de 600 kg de peso
El alma de este monoplaza es un motor 3.8 litros V8 de origen Cosworth con lubricación por cárter seco, que ahora desarrolla una potencia de 684 CV a 9.600 rpm (631 CV en el Lotus original) y un par motor de 450 Nm a 7.600 vueltas, en un coche de 589 kilogramos de peso. Además, anuncia un régimen máximo de giro de nada menos que 10.500 rpm.
El modelo, basado en un chasis de carbono y aluminio, incorpora una caja de cambios secuencial de seis velocidades firmada por Ricardo, un equipo de frenos carbocerámicos Brembo con pinzas de seis pistones delante y cuatro pistones detrás (con reparto de frenada ajustable), amortiguadores ajustables Öhlins, llantas OZ Racing o neumáticos Avon.
En función de la configuración aerodinámica, el FZED puede acelerar de 0 a 100 km/h en 2,9 segundos, de 0 a 160 km/h en 5 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 300 km/h. Ahora bien, al tratarse de un motor prácticamente de competición, necesita ser reconstruido por completo cada 5.000 kilómetros.