El Bugatti Chiron nació con el único propósito de extender el legado del exitoso Veyron: ser aún más rápido. El ultradeportivo francés bajo el mando del Grupo Volkswagen se ha convertido en un referente tecnológico para crear el coche de producción más rápido y lujoso del mundo, una bestia mecánica que fuera más allá de lo que ningún otro coche había logrado.
Esto ha sido así durante años, Bugatti se ha hecho un nombre de referencia entre aquellos pocos afortunados que se pueden permitir gastar más de 2 millones de euros en un coche. Actualmente de las 500 unidades de producción previstas se han adjudicado ya 320 y vuelve a ser otro éxito para Bugatti.
"Quizá lo hagamos más tarde, no lo sé"
La diferencia es que ahora parece que para la firma ya no parece ser relevante aquello de ser el coche más rápido. ¿Por qué? Bueno, posiblemente porque a decir verdad simplemente ya no lo es. Según Stephan Winkelmann (CEO de Bugatti) los test de velocidad máxima ya no son una prioridad para ellos.
Hasta ahora Bugatti no había podido testar cómo de rápido es su nuevo Chiron porque no hay unos neumáticos capaces de soportar con seguridad las fuerzas a las que la mecánica del coche los sometería. Ahora parece que los planes han cambiado, para Winkelmann parece que los intereses ya no son los mismos: "no sé cómo de rápido puede ir nuestro coche, pero tengo muchas cosas que hacer. Puede que más adelante lo hagamos, no lo sé".
Curiosamente (o no, ya sabes) esta decisión de dejar pasar los objetivos que ellos mismos se habían marcado y habían anunciado a bombo y platillo al anunciar el Récord Guinnes en el 0-400-0 km/h en 41,96 segundos viene algún tiempo después de que Koenigsegg destrozase las marcas que el Chiron había logrado hasta la fecha.
De tener un programa completo de récords de velocidad Bugatti ha pasado a no considerarlo una de sus prioridades. Y es que la amenaza sueca no es baladí, puesto que el Agera RS replicó el 0-400-0 km/h en 5,5 segundos menos y, además, le robó el trono como el coche más rápido del mundo marcando una punta de 444,6 km/h.
El propulsor W16 de 8.0 litros y cuatro turbos del Bugatti Chiron desarrolla 1.500 CV y 1.600 Nm de par motor capaces de destruir el 0 a 100 km/h en 2,5 segundos y el 0 a 200 km/h en 6,5 segundos. El problema es que pesa 2 toneladas y ahí no perdona el Agera RS de 1.295 kg, 1.176 CV y 1.280 Nm de par motor.
Con estas cifras sobre el papel y una pequeña marca muy ambiciosa dispuesta a todo, Bugatti parece haber tirado la toalla y, al menos de momento, no parece que vayan a dejar que Koenigsegg les siga humillando.