Vestido de emirati, entra en el compraventa de lujo. Le siguen dos personas con un palet cargado de fajos de billetes al estilo ‘La Casa de Papel’. “¿Qué es lo más caro que tenéis aquí?”, pregunta lanzado un fajo de billetes a la comercial para que se tome un café. “¿Esto?”, le suelta mirando un Ferrari SF90.
“Me llevo el Audi R8 , el Ferrari SF90. Y ese Mercedes y este Rolls-Royce también” y añade. “Ah, y tráeme un Red Bull” añade lanzado oro fajo de billetes. Es un vídeo de humor, sí, pero su autor está ahora en busca y captura por ello.
La fiscalía de los Emiratos Árabes Unidos quiere detener a un hombre que grabó un vídeo que consideran "arrogante" para las redes sociales en el interior de una sala de exposición de coches de lujo alardenado de su riqueza.
El humor como balón de oxígeno
El vídeo en clave de humor no ha gustado a las autoridades de los Emiratos Árabes Unidos y la fiscalía federal del país ha ordenado la detención de su autor “tras ser acusado de abusar de Internet al publicar propaganda que agita a la opinión pública y perjudica el interés público”, según se puede leer en Arabian Business.
Según la fiscalía, también se le acusó de publicar un contenido incompatible con las normas de contenido de los medios de comunicación e insultante para la sociedad emiratí.
Además, en el vídeo en el que el hombre procede a recorrer la sala de exposiciones mientras distribuye dinero en efectivo a los empleados de la sala "de una forma que revela imprudencia y falta de aprecio por el valor del dinero", añade la fiscalía.
Puede parecer sorprendente que un vídeo de humor, aunque lleno de estereotipos, pueda ser perseguido por la fiscalía porque podría dar una mala imagen de los ciudadanos del país. Vale, es de mal gusto e ir de sobrado por la vida, pero además, en un país oficialmente musulmán, alardear de riqueza es “haram” (pecado) y puede tener sentido siguiendo las leyes y costumbres locales.
Aun así, no deja de ser irónico que sean precisamente los Emiratos Árabes Unidos, el país de los Bugatti Veyron, Porsche Carrera GT o Lykan Hypersport como coches de policía (aunque sean promocionales), que persigan el autor de un vídeo en el que parece comprar cuatro o cinco coches de lujo como quien se compra una lata de Red Bull.
Por otra parte, tampoco nos debería extrañar que el humor pueda molestar en los regímenes dictatoriales o autoritarios, donde el humor suele convertirse en una vía de disidencia y de oxígeno para la sociedad civil.
Y los Emiratos, aunque sean uno de los países más liberales del Golfo Pérsico, no dejan de ser lo que ha sido descrito por el periodista Jim Krane, “una autocracia tribal” muy recelosa de la imagen que proyecta hacia el exterior.