Este el único Koenigsegg de carreras y nunca ha visto un circuito. Ahora puedes comprarlo y correr con él

Koenigsegg lleva años planteándose la posibilidad de desarrollar un coche de carreras para debutar en competición. En 2007 llegó a tener uno que estaba listo para correr las 24 Horas de Le Mans, el Koenigsegg CCGT, pero un cambio de normativa obligó a cancelar el proyecto.

Más de 15 años después, el único Koenigsegg de competición que ha visto la luz se subasta y tiene autorización para participar en competiciones con otros coches de carreras históricos. Eso sí, no es barato.

Es más caro que un Koenigsegg moderno, pero es único

Koenigsegg fue fundada en 1994 y no lanzó su primer coche de producción hasta 2002, por lo que es una de las marcas más jóvenes que existen. Sin embargo, desde hace años puede tratar de tú a tú a cualquier fabricante histórico porque sus coches son los más rápidos del mundo.

Incluso ahora que los hypercars eléctricos están rompiendo todos los récords, la marca sueca se ha permitido recuperar su trono en el 0-400-0 con un modelo tan antiguo que ni siquiera está ya en producción.

Con semejante superioridad y coches de producción tan rápidos, es inevitable que queramos ver de lo que sería capaz Koenigsegg en competición, sobre todo ahora que en existe la categoría LMDh para hypercars en el campeonato del mundo de resistencia (WEC).

Es algo que nos llevamos preguntando mucho tiempo y lo cierto es que Christian von Koenigsegg, el fundador y CEO de la firma, nunca ha ocultado su deseo de llevar alguno de sus coches a los circuitos, pero, de momento, tenemos que seguir esperando. Eso sí, hace años estuvimos a punto de ver a un Koenigsegg en competición, concretamente en las 24 Horas de Le Mans, pero nos quedamos con las ganas.

Fue en 2007. Para entonces, Koenigsegg ya se había ganado el respeto de todo el mundo, en parte gracias a la vuelta rápida que logró el Koenigsegg CCX un año antes en el circuito de pruebas del programa de televisión Top Gear, cuando todavía lo presentaban Jeremy Clarkson, Richard Hammond y James May.

Pero Christian von Koenigsegg quería demostrar que también sabía hacer coches de producción y se propuso debutar en las 24 Horas de Le Mans, concretamente en la categoría GT1 que existía en ese momento, en la que participan modelos como el Ferrari 550-GTS Maranello, el Chevrolet Corvette C6.R, el Lamborghini Murciélago R-GT o el Aston Martin DBR9.

Koenigsegg aprovechó el Salón de Ginebra de 2007 para presentar al mundo su primer arma de competición: el Koenigsegg CCGT diseñado para competir en la categoría GT1 de la FIA según las reglas ACO Le Mans que existían en ese momento. Entre ellas figuraba la necesidad de que el coche no superase los 2 metros de ancho o que el cockpit ocupase al menos el 70% de la anchura del vehículo.

Este prototipo que se pudo ver en Ginebra tomaba cosas prestadas de los Koenigsegg CCR y CCX de calle, como los faros delanteros y otros elementos. Obviamente, su aerodinámica era la de un coche de competición y pesaba menos de 1.000 kg.

Para el motor, la firma sueca optó por un bloque V8 de 5.0 litros y 32 válvulas atmosférico que desarrollaba más de 600 CV, aunque las restricciones de la categoría GT1 no permitían desatar todo su músculo en carrera.

A todo esto hay que sumar el embrague firmado por AP Racing que digería toda la potencia que llegaba a las ruedas a través de una transmisión secuencial desarrollada por Koenigsegg y Cima que estaba fabricada en magnesio.

Los frenos eran carbocerámicos y la suspensión una obra de arte, además, dentro de la cabina tenía dos asientos y el coche estaba equipado con un sistema neumático que lo elevaba al parar en boxes.

Koenigsegg necesitó cuatro años para desarrollarlo y el piloto de pruebas Loris Bicocchi dio el visto bueno en 2008, justo antes de participar en las 24 Horas de Le Mans, pero cuando solo faltaban unos meses para la carrera, ACO y FIA cambiaron la normativa de la clase GT1.

Las nuevas reglas no permitían el uso de monocascos de fibra de carbono, como el del Koenigsegg CCGT, y el número de unidades de producción que debían homologar los fabricantes para participar en las 24 Horas de Le Mans pasó de un total de 20 unidades a 350 unidades por año. El resultado es que el sueño de Koenigsegg de participar con el CCGT en Le Mans se acabó.

Con el programa de competición cancelado, el que entonces era el mayor accionista de la marca, Bård Eker, compró la única unidad que se había fabricado del CCGT. Desde entonces, Eker lo ha utilizado en contadas ocasiones en alguna exhibición y lo ha mantenido escrupulosamente, de hecho, ha estado guardado en un garaje con temperatura controlada, sin humedad y a oscuras.

Eker ha sido su único propietario, pero ahora puede cambiar de manos porque Bonhams lo subastará la semana que viene en Goodwood. La casa de subastas asegura que está “prácticamente nuevo”, hasta el punto de que conserva los neumáticos slicks originales.

Está previsto que se pague por él entre tres y cuatro millones de libras, el equivalente al cambio actual a entre 3,5 y 4,7 millones de euros. Lo bueno es que la Masters Historic Racing lo ha autorizado para competir en las Masters Endurance Legends Series en circuitos como Silverstone, Spa y Algarve, por lo que todavía puede ser el primer Koenigsegg de carreras.

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