Cuando te sobran seis millones y te compras ocho Bugatti para llenar el garaje con casi 3.000 CV

La crisis va por barrios y hay quién puede permitirse coches con los que el resto de los mortales solo puede soñar. Pero nuestro hoy protagonista va más allá, pues se le ha hecho entrega de nada menos que ocho coches de Bugatti.... a la vez.

Sí, has leído bien: ocho modelos Bugatti de una "tacada". Y aunque solo dos son superdeportivos de la marca hechos y derechos, no deja de ser una cifra de locura. ¿Y los seis restantes? Pues se trata de unidades del Bugatti de juguete por excelencia.

Dos Bugatti de récord

Bugatti mantiene en el anonimato a este prolífico cliente, que acaba de recibir este octeto de joyas sobre ruedas en la sede de la firma, en Molsheim. La marca la ha señalado como una de sus "entregas inolvidables" y no es para menos: ha supuesto una única venta que, sobre el papel, ha debido rondar los seis millones de euros .

Así que ha contado con un invitado de lujo: el piloto Andy Wallace, que ha sido quién se ha encargado de entregar las llaves por sorpresa a este flamante dueño. Según Bugatti, ambos son amigos.

Pasando a los nombres propios sobre ruedas, este cliente ha recibido dos Bugatti de récord. El primero es un Bugatti Chiron Super Sport 300+, la variante comercializada inspirada en el Chiron que logró batir el récord de velocidad en 2019 con una marca de 490,484 km/h.

Con 1.600 CV y la misma configuración aerodinámica que el Chiron plusmarquista, se trata de uno de los 30 ejemplares a los que estaba limitada esta variante. Las cuales por cierto ya llevan tiempo asignadas pese a que su precio arranca en los 3,5 millones de euros.

En cuanto al segundo, se trata del Bugatti Veyron Grand Sport Vitesse World Record Edition. Esta edición, limitada a ocho modelos, nació para rendir tributo a otro récord de velocidad.

Y es que el Veyron Grand Sport Vitesse se convirtió allá por 2013 en el descapotable más rápido sobre la faz de la tierra, firmando los 408,84 km/h. Y ahora uno de ellos ha salido de las dependencias de la marca, donde cada Bugatti se concibe con el exigido cuidado. Además, según detallan, cuenta con la certificación oficial de La Maison Pur San.

Ambos modelos comparten estética, propia de estas variantes especiales, con la carrocería en negro brillante y detalles en naranja. Un traje estupendo para acompañar a sendos W16 de 8.0 litros de 1.600 CV y 1.200 CV respectivamente.

Seis carísimos coches de juguete de escuderos

Si bien ambos hiperdeportivos han personificado el plato principal de la entrega de llaves, no se pueden obviar los seis Bugatti Baby II, encargados para los seis hijos de este cliente. Los cuales por cierto también asistieron a la cita.

Los Baby II se inspiran en el 'Type 35 Baby' original, que nació como un one-off creado expresamente para Roland Bugatti, el hijo del gran Ettore Bugatti, pero que acabó derivando en un coche de juguete limitado a 500 unidades.

Como aquel nacido a finales de la década de los 20 del siglo pasado, el Bugatti Baby II es una estupenda reproducción a escala del legendario Bugatti Type 35: el coche de carreras que más éxitos ha aportado a la casa de Molsheim.

Llegado en 2019 como parte de la celebración del 110º aniversario de Bugatti, el Baby II asimismo reduce su tirada a 500 ejemplares, siendo estos seis parte de los mismos.

Cada una de estas seis unidades viste la carrocería en un color diferente (amarillo, rojo, azul, verde, blanco y naranja) y Bugatti presume de que pone el mismo mimo que en sus hiperdeportivos para dar vida a estos coches de juguete.

Como el 'Type 35 Baby', el Baby II es tracción trasera. Pero además monta un motor eléctrico y va equipado con baterías extraíbles que le otorgan un máximo de 50 km de autonomía.

El propulsor cero emisiones de los Baby II ofrece una potencia máxima de 10 kW (13,6 CV) y puede alcanzar un máximo de 67 km/h. Aunque para los más pequeños permite activar el "modo niño", que limita su entrega a solo 1 kW (1,4 CV) y a una punta de 20 km/h.

El Bugatti Baby II también equipa bondades técnicas como un diferencial autoblocante trasero o un sistema de recuperación de energía en la frenada. Y entre sus ingredientes encontramos unos faros completamente funcionales, tapicería de cuero o salpicadero de aluminio, entre otros.

El Bugatti Baby II parte de un precio de 30.000 euros, sin contar impuestos ni gastos de entrega. La opción más cara es el Pure Sang, que se traduce en 58.500 euros por unidad.

Si bien Bugatti no detalla la variante de estos Baby II, de ser el Pure Sang estaríamos hablando de 351.000 euros solo destinados a estos carísimos juguetes. Y dado que el Veyron de este cliente supera los 2 millones de euros y el Chiron los 3 millones de euros, estimamos cerca de seis millones de euros, si no más, en estos caprichos sobre ruedas.

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