Ya es doloroso que un accidente de automóvil suceda en las carrereteras normales, pero que cuatro personas mueran durante una exhibición automovilística y quince resulten heridas, parece totalmente inexplicable.
Sucedió ayer en Estados Unidos, en un acto benéfico a favor de niños enfermos, cuando el conductor de un coche de carreras, que resultó ileso, perdió el control y arrolló al público.
Que un acto de este tipo se desarrolle sin contar con todas las precauciones necesarias, y más interviniendo niños, es lamentable, y sabiendo como van las cosas en ese país, seguro que rodarán muchas cabezas.
Vía | El Mundo (gracias Comber)