"Es una pesadilla para un bombero". Alemania gastó 16 millones en un modernísimo parque de bomberos. Uno de sus camiones eléctricos se incendió y lo redujo a cenizas: no tenían ni detectores de humo

Apagar el fuego de un coche eléctrico es totalmente distinto a uno de gasolina o diésel. Lo dicen los propios bomberos. Los de esta estación en Alemania lo comprobaron en su propio centro: en pocos minutos se quemó hasta los cimientos. El responsable fue un camión de bomberos eléctrico que se estaba recargando.

Más allá del aparatoso y virulento incendio, lo más llamativo es que este innovador y moderno parque de bomberos, no tenía alarma de incendios. En casa del herrero, cuchillo de palo.

"Nadie quiere tener que apagar su propio parque de bomberos"

Stadtallendorf, en Hesse, estrenó a finales del año pasado su nuevo y flamante parque de bomberos. Una instalación de 16 millones de euros que la urbe había inaugurado con orgullo. Ha durado poco.

El miércoles de la semana pasada, a primera hora, se originó un incendio en su interior. Concretamente, según señalaron medios locales, en la batería de uno de los vehículos allí aparcados, que era eléctrico. Estaba enchufado a una toma en ese momento, recargándose.

El destrozo fue considerable: el edificio se quemó por completo, así como todo su equipamiento. Incluyendo una docena de camiones. Se estiman daños de entre 20 y 24 millones de euros, aunque no se tuvo que lamentar heridos.

Pese a que 170 bomberos pusieron todo su empeño en minimizar los daños, no pudo ser. Las llamas llegaron a alcanzar los 10 m de altura, según publica The Guardian. "Es una pesadilla para un bombero. Nadie quiere tener que apagar su propio parque de bomberos", comenta uno de los empleados.

Sin alarma de incendios. Cuando este parque de bomberos abrió sus puertas, se señaló como una instalación moderna, innovadora y de última generación. Aunque tenía un pero mayúsculo: se consideró que no era necesario equiparlo con una alarma y detector de incendios.

Lars Schäfer, inspector de incendios del distrito, explica que la normativa municipal no exige instalar este dispositivo en el edificio, pues estaba clasificado como instalación de equipos y no como estación de bomberos.

La decisión, dado el resultado, no fue precisamente acertada. Los propios bomberos se indignaron al descubrir que carecía de alarma y detector de humos. "Creo que lo ocurrido hará reflexionar y actuar a mucha gente", defiende Norbert Fischer, presidente de la Asociación de Bomberos del Estado federado de Hesse.

El reto de apagar un enorme vehículo eléctrico en llamas. "Este incendio se propagó a una velocidad vertiginosa", aseguró Fischer. El motivo, la tecnología que allí se guarda, incluyendo baterías que se cargan en su interior. Como la del camión eléctrico en el que se originaron las llamas.

Apagar un vehículo eléctrico es particularmente complicado, debido al fenómeno conocido como embalamiento térmico que se produce en la química de la batería: una reacción que se ve acelerada por la propia temperatura que genera, entrando en bucle. Las baterías pueden arden durante horas, exigiendo litros y litros de agua. Incluso pasado un día de apagarse el incendiado dispositivo, puede volver a arder.

Si ya un Mercedes-Benz EQE aparcado en un párking en Seúl (Corea del Sur) firmó cuantiosos daños materiales y personales tras estallar en llamas, más agresivo debió ser este incendio por originarse en un camión con una batería mucho más grande y más celdas que quemar.

Con cada vez más coches eléctricos en la calles, esto empieza a preocupar a autoridades, emplazamientos o empresas. Sirve de ejemplo este hospital de Liverpool, que prohibió la entrada de coches eléctricos en su párking. En su caso fueron más prudentes que la estación de bomberos alemana, ya que era una medida temporal mientras mejoraban su sistema de detección y extinción de incendios.

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