El ministerio de Sanidad ha anunciado su intención de recuperar el plan antitabaco y ampliar las zonas libres del humo. Un plan que lleva fraguándose desde 2021 y que no llegó a buen puerto, pero que incluía medidas como prohibir fumas en playas -algo ya se hace en ciudades como Barcelona-, en terrazas de hostelería e incluso en vehículos particulares.
En concreto, en aquellos en los que viajen menores o mujeres embarazadas. La ministra de Sanidad, Mónica García, ha asegurado que uno de los objetivos de esta reforma es "proteger a los menores y a fumadores pasivos".
El plan que lleva sobre la mesa dos años para endurecer la ley antitabaco incluye a un nuevo jugador: los cigarrillos electrónicos o vapeadores, cada vez más populares entre los menores. También se contempla aumentar los impuestos a productos que contengan nicotina.
Pero la medida que más polémica está suscitando es la de prohibir fumar en las terrazas de los bares, una medida que nació con la pandemia pero que ha ido decayendo.
A la espera de conocer las líneas maestras de este proyecto, hay una que será especialmente complicada de implementar: la de prohibir fumar en el coche con la presencia de niños o mujeres embarazadas. La Ley 28/2055 especifica únicamente que "se consideran espacios de uso público los vehículos de transporte público o colectivo", por lo que será necesaria una normativa que detalle en qué espacios privados se prohibiría.
Las competencias de inspección y control corresponden a las comunidades autónomas, y el Gobierno central ya ha retrasado en varias ocasiones el plan antitabaco que prohibiría fumar en territorio nacional en playas, coches privados o terrazas.
Actualmente fumar no está expresamente prohibido en la normativa de Circulación, pero si se considera que el conductor no puede mantener su propia libertad de movimientos o flojea la atención a la conducción por el hecho de tener un cigarro en la mano, puede ser motivo de multa.
Hay consenso popular en endurecer la normativa. Una reciente encuesta de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria refleja que uno de los lugares respecto al que hay un consenso más amplio sobre este tema son los alrededores de los centros educativos: un 81,7% de las personas encuestadas (de una muestra de 9.700 personas) prohibiría fumar en estas zonas.
Además, un 47,2% lo prohibiría en el interior de los coches, un 70 % en las paradas de autobús, y cada vez hay más cuórum en favor de prohibir fumar en las playas. La foto general es que casi un 91 % de los encuestados se muestra a favor de cambiar la legislación para ampliar los espacios libres de humo.
Y la ciencia también avala esta decisión. Un estudio financiado por la Unión Europea y dirigido por el doctor Esteve Fernández, director de la Unidad de Control del Tabaco del Institut Català d’Oncologia, muestra que tan sólo en 2017, entre los niños de entre 0 y 14 años, la exposición a humo ajeno en el hogar se relacionó con 344 muertes (un 1,5 % del total de las muertes infantiles) y en los adultos no fumadores fue responsable de 30.000 muertes.
Pero hay más. Entre las enfermedades que sabemos que están directamente relacionadas con la exposición al humo ajeno, el 72 % de los nacimientos de bajo peso y el 13 % de las infecciones de las vías respiratorias inferiores en niños son atribuibles a la exposición al humo ajeno