La DGT anulará 15.844 multas interpuestas irregularmente por excesos de velocidad detectados por el radar instalado a la salida del túnel Ángel Uriel, en el punto kilométrico 30.253 de la autovía A-66 (Gijón-Sevilla), más conocido como túnel de La Bolgachina.
Según ha informado Tráfico, el motivo es que la ubicación real del cinemómetro varía en 20 metros de distancia en sentido ascendente con respecto al punto kilométrico reflejado en la información del apartado de Demarcaciones y unidades de carreteras del Estado en Asturias, gestionado por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.
Una pequeña modificación que supone que el control de velocidad debería estar tras la señal de fin de prohibición del límite a 90 km/h establecido para el tramo inmediatamente anterior, donde el radar estaba captando a los conductores, siendo la velocidad máxima permitida en el punto kilométrico adecuado de 120 km/h.
Tras analizar los informes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, de la empresa suministradora del radar y de la mencionada Demarcación de Carreteras que ratifican la ubicación irregular del radar, Tráfico decidió este pasado miércoles archivar las multas que se encuentran en tramitación y anular las que ya están procesadas, devolviendo a los sancionados el dinero y los puntos del carné de conducir detraídos.
La comunicación a los interesados se realizará mediante correo certificado. En los casos en los que se haya pagado la multa, la carta incluirá un impreso para solicitar la devolución del importe.
Perdón a los afectados y reubicación del radar
Asimismo, la DGT ha explicado a Europa Press que desde que tuvieron conocimiento de la citada señal de fin de limitación de velocidad, procedieron a cambiar la ubicación del radar a otro emplazamiento. Finalmente, este pasado martes 14 de enero, añaden, se retiró la cabina fija donde se ubicaba y la señal que indicaba la existencia del radar.
El organismo público "lamenta las molestias que se hayan podido causar a los conductores afectados" e insisten en que la credibilidad de los sistemas utilizados es un "pilar fundamental" en la política de control de velocidad.
El patinazo de la DGT con dicho radar fue puesto de relieve originalmente por Samuel Morán, un ingeniero gijonés que se vio afectado por la errónea colocación del radar y que decidió solicitar la información pertinente a la Demarcación de Carreteras, que emitió un informe donde ratifica que el dispositivo de La Bolgachina estaba situado en el punto kilométrico equivocado.
Posteriormente, la Unión de Consumidores de Asturias se hizo eco del caso tras recibir otras "300 consultas de personas que se han visto afectadas por la captura de una imagen de este radar".
Se trata de un nuevo episodio controvertido en el que los cinemómetros de Tráfico vuelven a ser los protagonistas. Y es que mientras el Gobierno Vasco ya aplica el margen de error en los radares, la DGT sigue multando por velocidad de manera ilícita; asimismo, la programación de los radares también está bajo lupa, e incluso el helicóptero Pegasus, que perdonó a un infractor al no quedar claro si había pasado las pertinentes revisiones.
En cualquier caso, cabe recordar que la DGT cuenta con más de 2.000 radares de diferente tipología repartidos por las carreteras españolas, mientras da lugar a otros nuevos como los radares antifrenazo de la DGT, la evolución de los cinemómetros en cascada.
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