La DGT ha presentado un nuevo sistema de balizas inteligentes para climatología adversa que se han instalado en la Autovía A-8, en Galicia. Un punto donde las condiciones de circulación se ven afectadas por la densa niebla que se suele instalar en el alto de O Fiouco.
Se trata de un tramo en el que se produjo en 2014 un accidente en el que se vieron implicados 40 vehículos y falleció una persona. ¿Problema? Los puntos negros se siguen concentrando en carreteras secundarias, donde la falta de mantenimiento persiste a lo largo de los años.
Balizas que avisan al conductor si tiene delante otro vehículo
Según explica la DGT, las balizas detectoras consisten en un cuerpo físico con dos ventanas: la de la parte inferior con leds ámbar y la superior con leds rojo, sobre un poste e 1,50 metros sobre la calzada.
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Ante situaciones de una niebla determinada se encenderán las ventanas inferiores de color ámbar que balizarán el tramo conflictivo, indicando al conductor la traza de la autovía en condiciones de seguridad.
La ventana de color rojo se encenderá cuando las balizas, a través de diferentes tecnologías, detecten el tránsito de otro vehículo.
Una vez detectado el coche, se enciende la parte superior de las balizas de color rojo de modo que a medida que se desplace el primer vehículo quedarán encendidas las balizas a su paso y permitirán al vehículo que le preceda ver a una distancia aproximada de 100 metros y poder circular con seguridad.
Para ello se ha cantonalizado la totalidad del tramo conflictivo en ambos sentidos y en secciones de 50 metros, colocando balizas detectoras en ambos márgenes de cada sección.
Según datos provisionales de 2021, en España -excepto Cataluña y País Vasco- y con niebla en el momento del siniestro se produjeron 324 accidentes con víctimas, en los que se registraron 501 víctimas, de los cuales 13 fallecieron.
El problema de los puntos negros que siguen siendo negros año tras año
De momento la DGT no ha especificado si este nuevo sistema se va a extender al más puertos de montaña de características similares, donde las características de la vía y las condiciones meteorológicas los hacen de especial consideración.
Según datos del informe EuroRAP 2020 junto a RACE, casi 2.161 kilómetros en la Red de Carreteras del Estado se catalogan como de riesgo elevado, de los cuales más de 720 kilómetros son de riesgo alto.
El perfil de un tramo con nivel de riesgo alto corresponde a una carretera convencional con calzada única, intersecciones al mismo nivel y un IMD por debajo de 20.000 vehículos al día.
En estas vías, donde se dan principalmente accidentes por salida de vía, suele primar un asfalto e iluminación deficitarios.
Lo más preocupante es que los tramos negros, aquellos de mayor riesgo, aumentaron en 2020 respecto al año anterior en 46,5 kilómetros. Un dato que no se recoge en los balances de siniestralidad.
En concreto, hay cuatro tramos de riesgo que se repiten entre 2017 y 2020, y están en Huesca (N-240), Ourense (N-541), Lugo (N-642) y A Coruña (N-550).
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